Locamente intenta trasladar la película de animación Del revés al mundo adulto, pero lo hace con un guion torpe y lleno de lugares comunes. No obstante, la película se salva gracias a un final que consigue la indulgencia.
Paolo Genovese es un director y guionista italiano con una amplia experiencia en cine y televisión. Con Locamente ha pulverizado su marca personal de taquilla y, prácticamente, de todo su país. Esta comedia de acción limitada a una sola noche y centrada en dos personajes que cenan y tienen un encuentro sexual, como tantas otras películas, series etc., ofrece un punto original que, supongo, es la clave de su éxito.
Como si se tratase de trasladar Del revés al mundo adulto, cuatro personajes masculinos y cuatro personajes femeninos parlotean y discuten dentro de las cabezas de los dos protagonistas. En principio, y según el propio Genovese, representan las distintas personalidades que cada uno almacena en su cabeza aportando diferentes puntos de vista y, por lo tanto, líneas de acción diversas e incluso contrarias. El resultado, buscado por los realizadores, es caótico por necesidad y, en bastantes momentos, cómico.
Con este planteamiento y una eficaz interpretación del elenco el éxito es entendible. Sin embargo, si se analiza con seriedad la obra, el conjunto es muy decepcionante. Dejando de lado la frivolidad con la que se acometen las relaciones amorosas y dar por hecho que todos tenemos personalidad múltiple, el guion es pobre y torpe.
El esbozo de esta cinta nace de un anuncio televisivo que realizó el propio Genovese. Convertirlo en un largometraje exigía un poco más de fondo y más ideas para rellenar la hora y media. Contar con otros seis guionistas, según los créditos, le ha debido de resultar muy divertido y un trasunto del caos que caracteriza el film, pero para la solvencia del relato ha sido letal. La propuesta se estanca tras la primera media hora, una vez superada la agradable sorpresa de los pobladores de sus cabezas y desvelada la que parecía gran incógnita: si iba a haber o no encuentro sexual. A partir de ese momento, el guion se arrastra, se llena de lugares comunes y pretenciosos. Falla en la descripción de las personalidades, difíciles de identificar y falla más aún en la buscada simetría entre las de él y las de ella. Solo remonta en la escena final, acertada y simpática. Y eficaz, pues consigue una indulgencia que, de otro modo, sería impensable.
Firma: Esther Rodríguez
Piero y Lara tienen su primera cita que consiste en una cena en casa de ella. No se sabe cómo acabará la noche debido a que ambos tienen que lidiar con las voces que en sus cabezas hablan constantemente sobre cómo deben actuar.