Little Richard: I am everything

Por un lado, la película reclama la autoría de Little Richard, ya que tras el éxito de Tutti Frutti el resto de sus hits fueron regrabados por cantantes blancos sin pagarle ningún derecho. Por otro, Cortés homenajea su orientación sexual, ya que Richard fue de los primeros famosos de color en hablar abiertamente de su homosexualidad.

El material de archivo con entrevistas al artista se mezcla con las realizadas a investigadores universitarios, leyendas de la música y a amigos. A través de la teoría queer, se explica el personaje como un referente de libertad para los demás, no para sí mismo. En este sentido, se interpretan hechos poco contextualizados como la culpa por sus creencias religiosas.

Como dice su amigo, batería de su banda, Richard no respondía a una etiqueta. Y es  que es difícil, si no imposible, reducir un alma a un concepto en una hora y media de metraje. Quizá es algo más complejo que no se puede tildar de falta de libertad o de remordimiento por los intentos del artista de ser fiel a su fe; sino a la experiencia de la duda humana, por mucha seguridad que represente para otros. Como se dice en el documental: la vida no puede ser vivida en los extremos, si no en los grises y las escalas de color que hay en medio.

Firma: Bego Arribas