Entre el thriller y el drama, la directora nos ofrece un reflejo de una persona que no quiere jugar la carta feminista y que se ha pasado toda la vida intentando olvidar el hecho de que es mujer y valerse solo de sus capacidades profesionales.
Tonie Marshall tira con bala en La número uno, producción que navega entre el drama y el thriller corporativo poniendo el foco en el machismo y la desigualdad de género en la élite de las empresas. Una crítica a la situación actual de la mujer de la mano de una impecable Emmanuelle Devos, quien por su interpretación fue nominada a mejor actriz en los premios César 2017.
Marshall ofrece un retrato de cómo funcionan los engranajes en las altas esferas donde, además de la hegemonía masculina, que a día de hoy sigue prevaleciendo, las presiones, el juego sucio y las puñaladas por la espalda están a la orden del día en cuanto el poder está en juego.
En esta élite regentada por hombres es donde quiere abrirse paso la protagonista, Emmanuelle Blachey, una ejecutiva senior en una de las mayores empresas energéticas de Francia, a quien una red de mujeres influyentes le propone ayuda para conquistar la dirección de una importante compañía que forma parte del CAC 40 (lo que sería el IBEX 35 en España). Para llegar a lo más alto Blachey se tendrá que enfrentar al recelo y las trabas de aquellos que no soportan ver a una mujer en un cargo de tanta responsabilidad y prestigio. Un mundo que se rige por la máxima de “Para ser un número uno en la vida hay tres motores esenciales: poder, sexo y dinero”.
La directora nos ofrece un reflejo de una persona que no quiere jugar la carta feminista y que se ha pasado toda la vida intentando olvidar el hecho de que es mujer y valerse solo de sus capacidades profesionales.
A parte de Emmanuelle Devos, el film cuenta también con buenos actores secundarios; la fuerza de Suzanne Clément, la evolución de Marc Ronsin o el antagonismo de Richard Berry, refuerzan la historia con interpretaciones convincentes.
A pesar de que La número uno tiene tintes de thriller, este no resulta demasiado emocionante. En ningún momento hay un acontecimiento o giro de guion que te haga sufrir por el destino de alguno de los protagonistas. En este sentido, las constantes del espectador se mantienen inalterables.
Una buena excusa para salir de casa e ir al cine, aunque no logra esa tensión que hace que ingieras las palomitas a puñados.
Firma: Oriol de Ribot
Emmanuelle Blachey es una brillante ingeniera que ha conseguido escalar y finalmente entrar en el comité ejecutivo de su empresa, el gigante francés de la energía.
Un día, una red de mujeres influyentes le propone ayuda para conquistar la dirección de una importante empresa que cotiza en bolsa. Esto la convertiría en la primera mujer en ocupar un puesto de tal calibre. Sin embargo, en las esferas aún dominadas por los hombres, los obstáculos de tipo profesional y personal se multiplican. La conquista se anunciaba triunfal, pero en realidad se trata de una guerra.
