Versión cinematográfica de una obra escénica de Scott McPherson, adaptada por el propio autor antes de morir y llevada a la pantalla por el director teatral Jerry Zaks.
La brillante creación de dos maduras estrellas de Hollywood, Diane Keaton y Meryl Streep, quienes ofrecen un gran duelo interpretativo junto a Leonardo DiCaprio y un Robert de Niro que asimismo es co-productor, contribuyen a lograr un largometraje lleno de humanidad. Un melodrama donde el sentido del humor y los sentimientos se unen al amor verdadero y a la solidaridad.
Sin caer en el sentimentalismo, La habitación de Marvin ofrece una aguda reflexión sobre la vida familiar y el sacrificio por los seres queridos cuando están gravemente enfermos. Un sacrificio gustoso, fundamentado en el amor, que se concreta en el personaje de Bessie y que expresará con fuerza al decirle a Lee: “He sido muy feliz durante estos veinte años, porque he amado mucho”. Esa abnegación, servicio y entrega a los demás, sin esperar nada a cambio, es lo que transforma a la desaprensiva hermana y su rebelde hijo –a quienes les ha faltado el amor y el cariño auténticos–, al mismo tiempo que da luz (como el espejo al postrado padre) a esta familia, finalmente unida ante la enfermedad y el anuncio de la muerte.
Estamos, pues, ante una película profunda, fascinante y emotiva, que apunta “al poder del amor –ha escrito la crítica– como el arma infalible para superar cualquier drama familiar”. Y la cual posee otra cualidad: el espectador se ve inmerso en la tragedia y participa del estado anímico y de la problemática de los protagonistas, como si asistiera y conviviera como un personaje más en esa entrañable Marvin’s Room; una habitación que es un símbolo de toda una sociedad y cobra visos universales al trascender la geografía norteamericana. De ahí que, delante de las propuestas de eutanasia del sobrevalorado El paciente inglés, este largometraje de Jerry Zaks –que no se ha llevado ningún Oscar de Hollywood, pero sí el premio cinematográfico “Familia” 1997– sea como una bocanada de aire fresco en el panorama del final de esta década.
Firma: José Mª Caparrós
Bessie es una mujer soltera que ha dedicado veinte años de su vida a cuidar de su padre enfermo y de su tía. En el momento en que le diagnostican leucemia, llama a su hermana menor Lee, con la que ya no tiene ningún trato, para que le ayude ya que necesita un trasplante procedente de un familiar. El difícil reencuentro entre las dos hermanas y el enfrentamiento de Bessie con el hijo mayor de Lee, Hank –encerrado en un psiquiátrico por incendiar su casa–, serán la clave para resolver este drama familiar.