La película de la famosa casa de muñecas repleta de gatos es un reflejo de la serie a lo grande: mucha purpurina, muchas canciones, muchos abalorios y un mensaje interesante acerca del juego y la imaginación.
Después de cinco años en plataformas, Gabby, Pandy, Baby Box, Catrat y el resto del grupo dan el salto a las salas de cine en una producción diseñada especialmente para los seguidores (o en concreto las seguidoras) de la serie.
Y quizá el problema que tiene al pasar de la pequeña a la gran pantalla es que se desdibuja ligeramente el público objetivo. Por un lado, por motivos evidentes, la película no incluye actividades que hacer en casa para edades entre seis y once años, lo que provoca que se aleje así de ese grupo. Lo que sí continúa es apelando al espectador de menor edad. De ese modo, la audiencia se encuentra ante una historia que le invita (de manera similar a como lo hace Dora la exploradora) a contestar preguntas simples, cantar tonadillas que se repiten sin parar o incluso dar la mano a la persona que está al lado. Esto lleva a pensar que la finalidad es dirigirse a menores de cinco años. Sin embargo, la cantidad de estímulos que incluye el film no es del todo apropiada para ellos y el –quizá– abuso del live action podría también molestar ligeramente.
Dicho esto, La casa de muñecas de Gabby: la película es un cúmulo de colores (entre rosas, lilas, y azules pasteles y eléctricos), purpurina, brillos, canciones enlazadas (tanto de pop actual como del universo de Gabby) y excesos de gatitos. Entre toda esta fogosidad, y aunque no aporte un relato del todo provechoso, se puede apreciar un buen diseño visual y una mirada tierna hacia la infancia.
La propuesta habla sobre crecer, sin miedo, pero sin dejar de observar con cariño todos esos elementos que llenan el universo infantil. En esa línea, anima a potenciar la imaginación a lo largo de todas las etapas de la vida y a no abandonar nunca el juego. Así pues, aunque no plantee directamente ciertas tareas para llevar a cabo, sí que invita a volver a casa y dedicarse a las manualidades o a los pasatiempos preferidos y, además, a pasar el testigo de estas aficiones a los que vienen detrás.
Por último, cabe destacar que no solo es un entretenimiento familiar, sino que es una magistral campaña para aumentar las ventas en las próximas fechas señaladas: el black Friday y Navidad.
Firma: Patricia Amat
Gabby va a pasar una semana de vacaciones a casa de su abuela Gigi en Cat Francisco. Al llegar ahí, su casa de muñecas cae del remolque y acaba en casa de Vera, una mujer excéntrica que colecciona artículos de gato. Por ello, Gabby emprenderá una misión para reunir a sus amigos y salvar una de sus posesiones más preciadas.