La brigada de la cocina

La gastronomía y los cocineros han inspirado numerosos films y lo más probable es que todos hayamos disfrutado con alguno. Por ello, no parece novedoso que Audrey Lamy interprete a una chef de renombre en otra comedia más que se ambienta tras los fogones.

Sin embargo, La brigada de la cocina va más allá de un relato de superación o de éxito en la industria e incluso deja de lado el típico romance fraguado en un restaurante para construir una historia conmovedora. De este modo, el visionado resulta original y refrescante, a la vez que emotivo.

Cathy –a quien da vida Lamy–, debido a un desencuentro, abandona su cotizado puesto y acaba en la cocina de un centro para jóvenes inmigrantes. Aunque al inicio le desagrada su nueva vida, el personaje va evolucionando a la vez que lo hacen sus prioridades y el espectador presencia cómo una importante entendida del arte culinario pone por delante de su profesión la preocupación por una problemática real, como es la situación en la que se encuentran muchos menores no acompañados venidos de otros países.

Así, la audiencia se encuentra ante una encantadora película social, en la que la pasión por la cocina –además del esfuerzo, la constancia y el trabajo en equipo– es la herramienta para mejorar la existencia de muchos niños. Divertida, enternecedora y con un marcado mensaje, esta propuesta logra dejar un buen sabor de boca.

Firma: Patricia Amat