Halloween: el final

La clásica franquicia de slashers norteamericanos, Halloween, pone punto y final con esta última entrega, Halloween: el final. Y no por ello busca innovar o dar algún giro innecesario, sino que se mantiene fiel a su esencia: el gore, los sustos fáciles y la música ochentera.

Aunque no es la película más terrorífica de “La forma” te mantendrá pegado al asiento durante sus casi dos horas de duración. No obstante, y a pesar de conservar un ritmo bastante elevado en cuanto a acción, tiene un inicio lento, con una trama romántica que se asemeja más a una serie para quinceañeros que un film de miedo. Esta parte constituye el arco más flojo de la cinta que, por suerte, no dura más de 30 minutos y que sirve para introducir a uno de los protagonistas.

Pese a este intento por desarrollar un relato profundo, la historia sigue siendo bastante vacía y simple, como en las propuestas anteriores, pero eficaz para dar paso a la carnicería de Myers. Muchos fragmentos se asemejan bastante a títulos precursores como Halloween 3 (1982) o Halloween kills.

La violencia gratuita y el gore están más que presentes en este largometraje, incluso en mayor medida que en los precedentes. David Gordon Green no ha escatimado en gastos a la hora de hacer explícitas las acciones de Michael Myers y se toma su tiempo para mostrar planos cortos de dichas escenas.

 En general, Halloween: el final no tiene una calidad excelente ni reinventa el terror, pero, sin duda alguna, encantará a los fanáticos del género y es un cierre más que correcto de una franquicia de horror histórica. Además, aunque sea el final, no sería la primera vez que desde el estudio resucitan la saga.

Firma: Gerard Casado