En un intento bienintencionado de reflejar la dura vida de un joven basquetbolista de padres asiáticos que navega entre la cultura occidental y oriental, Érase una vez en Queens, no pasa de ser una película poco original y llena de clichés.
El debut de Eddie Huang, como director y guionista, parte de una premisa interesante; tanto que, en la primera parte del film, la intrigante vida sentimental de los padres del protagonista consigue generar cierta inquietud y curiosidad por conocer el desenlace. Sin embargo, en pocos minutos, la trama va desdibujándose –entre el choque cultural, el amor romántico, las relaciones matrimoniales y las paternofiliales, los problemas económicos y la dura existencia de Boogie y su sueño de ser jugador de la NBA– hasta perderse por completo.
De alguna manera, Huang presenta una gran variedad de subtramas que habrían logrado una pieza emotiva e inspiradora que llegara directa al público, si se hubieran manejado de otro modo. En cambio, el cineasta parece haberse empeñado en que la historia de la joven promesa del baloncesto sea el argumento principal, dejando de lado así la posibilidad de ahondar en el trasfondo de los padres migrantes, Mrs.Chin (Pamelyn Chee) y Mr. Chin (Perry Yung). Estos, al inicio, acuden a una adivina para saber qué supondría la llegada de Alfred (Taylor Takahasi) a sus vidas.
Desde luego, el retrato podría haber sido completamente distinto, pues también se trata de forma bastante superficial la relación abusiva entre padre-hijo o incluso se plantea una cuestión que habría dado mucho de sí: ¿es realmente el sueño de Alfred o es, en realidad, el sueño de un padre frustrado y obsesionado con el deporte? ¿Y qué hay de la extraña obsesión de su madre de que se cumpla, a toda costa, aquello que la adivina le prometió?
El papel protagónico del debutante Taylor Takahashi ofrece un toque fresco en ciertos pasajes, aunque es más destacable la templanza de quienes interpretan a los padres, Pamelyn Chee y Perry Yung, que mantienen en todo momento ese aire misterioso y más atrayente para el espectador.
En definitiva, una propuesta que pretende ofrecer a través de sus personajes un relato honesto y emocional y poner el tema cultural sobre la mesa. No obstante, acaba desaprovechando sus subtramas más interesantes y sucumbiendo a los tópicos de las películas deportivas que extinguen todas las posibilidades de convertirla en un buen título.
Firma: Laura Meneses
Alfred Boogie es un joven de padres asiáticos, criado en Estados Unidos, anhela obtener una beca universitaria para dedicarse profesionalmente al baloncesto. El choque cultural y los problemas familiares se hacen evidentes cuando intenta luchar por su sueño.