Esta propuesta ligera, aunque ofrece una trama de acción lograda e intenta enmascarar sus extravagancias bajo la parodia, acaba sepultada bajo un exceso de imágenes grotescas y desagradables.
El vengador tóxico pertenece a ese tipo de películas a las que uno se acerca sin grandes expectativas, buscando únicamente entretenimiento ligero: risas, acción, una historia sencilla para distraerse y pasar el rato. Es cine de serie B, pensado más para la evasión que para plantear dilemas morales o complejas reflexiones. Sin embargo, incluso dentro de ese marco, la cinta no termina de convencer. Y no lo hace porque, además de ser evidentemente de bajo presupuesto, resulta incómoda y repulsiva, aunque se presente bajo el disfraz de la comedia o, más específicamente, de la parodia.
La propuesta busca burlarse del género de superhéroes al ofrecer una figura grotesca: Winston, un trabajador no muy agraciado que quiere hacer justicia. Se convierte en Toxie, una especie de monstruo tóxico con una fregona, pese a su aspecto repulsivo, logra llegar a ser el encargado de enfrentar a una corporación mafiosa obsesionada con el dinero, incluso a costa de la salud de la gente.
El problema es que, en lugar de sostenerse como sátira ligera, la película se vuelca hacia el humor marrón, lo sangriento y lo zafio. Si bien todo se presenta con evidentes tintes de exageración y falsedad propios de la caricatura, lo cierto es que la acumulación de violencia y escenas repulsivas termina opacando la intención cómica. La estética desagradable genera un efecto ambiguo: aunque entendemos quién es el héroe, la frontera entre el bien y el mal se difumina. Al final, la sensación que deja no es la de haber presenciado una comedia irreverente, sino la de un espectáculo en el que lo extravagante termina devorando cualquier posibilidad de disfrute.
Firma: Rocío Montuenga
Winston Gooze, un conserje humilde y explotado en la gran potencia empresa BTH, descubre que padece una enfermedad terminal. En su desesperada búsqueda de respuestas, es traicionado y arrojado dentro de las aguas contaminadas de la propia empresa. De ese accidente nace Toxie, una criatura monstruosa, pero con un nuevo propósito: hacer justicia. Ahora deberá enfrentarse a despiadados empresarios corruptos y oscuros enemigos que han secuestrado a su hijo. En un mundo dominado por la codicia y la contaminación, la batalla se fraguará entre la avaricia desmedida y la fuerza de un héroe nacido de lo tóxico.