El hijo

El segundo largometraje de Florian Zeller (también basado en su obra de teatro) quizá decepcione a los que esperaban una apuesta tan atrevida como El padre. En este film, Zeller repite algunos recursos –la relación paterno-filial, la enfermedad, las estancias reducidas– pero mediante un guion más evidente, que incluso nos lleva a esperar el desenlace.

El hijo es una cinta dura y dolorosa y, a pesar del título, el foco no es el hijo sino, de nuevo, el padre. La historia se centra más en ese hombre herido por la malas decisiones de su progenitor, que no quiere repetir los mismos errores con su descendencia pero a la vez está desbordado por una situación que no controla. Y esta vez es la depresión la afección que está de por medio.

Sin embargo, Zeller no profundiza del todo en ninguno de los interesantes temas que pone sobre la mesa y por eso, la desgarradora conclusión puede resultar un poco fría. De todas maneras, las interpretaciones de Hugh Jackman y Laura Dern trasladan con eficacia al espectador los sentimientos de miedo, culpa e incomprensión ante el trastorno psicológico de un niño causado, en parte, por la desestructuración familiar.

Firma: Patricia Amat