Esta nueva adaptación de la saga homónima de novelas infantiles vuelve a brindar fantasía, misterios y tiernos números musicales. Además, no solo entretiene, sino que educa en valores como el trabajo en equipo o la amistad.
Después del éxito de El colegio de los animales mágicos, llega una nueva adaptación de la saga homónima de novelas infantiles escritas por Margit Auer y Nina Dulleck. En esta secuela se vuelven a mezclar los géneros –un poco de aventuras, de intriga, de fantasía y bastante musical– y así se facilita cierto dinamismo y una buena dosis de entretenimiento.
Los amigables efectos visuales para dar vida a los animales mágicos –que en esta entrega amplían su presencia– vuelven a integrarse correctamente con los personajes de carne y hueso y ofrecen esa magia que el propio título vaticina. Sin buscar la espectacularidad de seres fantásticos como los de sagas similares a Animales fantásticos y dónde encontrarlos, aquí estos mantienen esa naturaleza infantil que caracteriza a la película.
Aunque el guion es flojo y está repleto de lugares comunes, se vertebra en varias subtramas enlazadas que facilitan que siempre estén pasando cosas y que los pequeños espectadores se puedan mantener atentos. Además, consigue ofrecer un rato agradable y cumplir con su fin último: entretener y educar.
Las distintas interacciones entre los jóvenes protagonistas, incluso cayendo en estereotipos, animan a reflexionar sobre determinados comportamientos y ponen sobre la mesa un listado de valores positivos y provechosos que asimilar. El respeto, el compañerismo, la superación de los propios miedos, la expresión sincera de los sentimientos, la validación de distintos talentos, la unidad… Todos ellos están presentes, si bien son dos los que acaban conformando el pilar central de la historia: el trabajo en equipo y la amistad. Así pues, esta segunda entrega se convierte en un canto a la cooperación y la ayuda mutua entre compañeros, y en una representación muy valiosa de lo que conlleva una amistad auténtica y sana.
Firma: Yoel González
Con motivo del aniversario de la escuela de animales mágicos, sus alumnos deciden preparar un musical. Ida coge las riendas de la dirección de la obra, pero pronto se da cuenta de que la organización y la cooperación entre todos será más complicada de lo que pensaba. Además, la irritante Helene pondrá trabas en su relación con Jo, mientras su liderazgo intenta empañar el talento de una tímida compañera: Anna-Lena. Paralelamente, unos extraños hoyos comienzan a salir en el patio del colegio. ¡El misterio está servido! ¿Conseguirán los alumnos tener lista la representación a tiempo? Con la ayuda de sus animales mágicos harán todo lo posible, pero por el camino deberán aprender importantes valores para lograr su meta.