Un entrañable documental que sigue tres historias paralelas unidas por un mismo pulso: el amor a la música. Mediante esta, la cinta se adentra en el profundo aislamiento que con frecuencia viven las personas sordas.
Rodado con una sensibilidad artística notable, el documental de María Valverde acompaña de cerca a tres músicos sordos venezolanos que afrontan el desafío de llevar a escena Fidelio, la emblemática ópera de Beethoven, quien —como ellos— también perdió la audición. Inspirados por la figura del compositor, este elenco singular trabaja bajo la dirección del reconocido Gustavo Dudamel, que impulsa la obra más allá de las fronteras venezolanas.
La cámara alterna momentos de interpretación musical en lengua de señas con escenas íntimas de la vida de sus protagonistas —Gabriel, Jennifer y José—, elegidos para encarnar tres de los roles principales. La fotografía, cuidada y poética, dota al film de una belleza particular: una mirada socialmente sensible que expone una realidad frecuentemente estigmatizada. El documental retrata con honestidad a un colectivo que, al nacer sin audición o perderla años después, suele enfrentarse a la incomprensión familiar y a una integración social compleja.
El canto de las manos se articula como una pieza divulgativa y educativa que invita a reflexionar sobre la identidad, la pertenencia y la música como forma de expresión para la comunidad sorda. Si bien el guion a veces se extiende en un tono excesivamente contemplativo que dilata el ritmo, el film compensa estas pausas con una puesta en escena evocadora: primeros planos, paisajes que dialogan con el estado emocional de los personajes y la presencia visualmente impactante del coro.
El silencio emerge como un elemento central, no solo estético sino conceptual. Funciona como vehículo para transmitir la experiencia sensorial de los protagonistas y para revelar que existe una música distinta, íntima y profundamente emotiva. En este sentido, el documental consigue un gran poder de resonancia: conmueve, interpela y reivindica el derecho de las personas sordas a hacerse un lugar en un mundo que, con demasiada frecuencia, no sabe escucharlas.
Firma: Rocío Montuenga
Basado en hechos reales, este documental sigue a tres músicos sordos venezolanos —Jennifer, Gabriel y José— mientras asumen el desafío de montar, por primera vez, un espectáculo en lengua de señas bajo la guía del carismático Gustavo Dudamel: nada más ni nada menos que Fidelio, la ópera de Beethoven.