El bastardo

Kopino es un término jergal usado para referirse a una persona con ascendencia coreana y filipina. Han (Kang Tae-ju) es un kopino y, además, bastardo. Un día, de repente, ese padre que lo tuvo extramatrimonialmente y que jamás se puso en contacto con él, aparece y le presenta una oferta con la que ayudar a su madre enferma. En ese arranque, comienza la insatisfactoria experiencia de acción de Park Hoon-jung.

El bastardo acaba desviándose hacia un sadismo y una hipérbole que hacen perder el rumbo y el interés del film. Cuesta entender qué está pasando y no se trata de una cuestión de punto de vista, pues el espectador dispone de más perspectivas e información que el protagonista y, aun así, se encuentra ante un gran desconcierto. El director intenta apostarlo todo a las grandes escenas de luchas y de persecuciones que funcionan un rato, pero que acaban haciéndose repetitivas y no consiguen tapar la inverosimilitud de la historia.

Aquellos motivados por la adrenalina de un frenetismo incansable, escena tras escena, hallarán una pieza con la que pasar el rato. El resto tan solo se enfrentará a una película sobre la corrupción del dinero y el poder. Una cinta que, rozando la frivolidad, se intenta redimir con un final luminoso, pero sobreexplicando todo aquello que no se ha sabido ir sembrando.

Firma: Yoel González