El año que dejamos de jugar

Critica El año que dejamos de jugar

Análisis

La adaptación de la novela de Judith Kerr lleva a la gran pantalla otro relato del nazismo, pero desde un punto de vista infantil, optimista y despreocupado. Una cinta alegre con una fotografía bonita y una protagonista sobresaliente.


No faltan películas que hablen del nazismo. No obstante, Caroline Link consigue que su adaptación de la novela de Judith Kerr, Cuando Hitler robó el conejo rosa, a pesar de tratar un tema manido en el cine, se convierta en imprescindible. La directora presenta este periodo de la historia a los espectadores más jóvenes de manera optimista, sin ninguna crueldad.

Aunque resulte paradójico, el film es visualmente muy bonito. Los paisajes de fondo son atractivos y la música y los colores desprenden alborozo. El único problema es que esto puede restar veracidad al relato: las miradas inocentes, las risas, las trenzas al viento, los vestidos floreados o los pasos descalzos sobre la montaña contribuyen a que la audiencia sienta que está dentro de Mujercitas y no ante una crónica del horror nazi.

Sin embargo, ese mismo es el objetivo: transmitir la truculencia de régimen nacionalsocialista desde el punto de vista infantil, con su característico tono despreocupado. Para Anna, de tan solo nueve años, el ascenso de Hitler al poder comporta la pérdida de su peluche favorito y, con él, su casa, sus amigos y, en definitiva, toda su infancia. La cinta trata de todo ese universo cambiante que la rodea, de la misma manera que lo haría en una situación cotidiana, como la llegada de un nuevo hermanito o la caída del primer diente. Este modo de narrar los hechos contribuye a que no sea chocante confrontar a un niño con esta materia tan dolorosa.

El reparto hace un gran trabajo, pero Riva Krymalowski destaca sobre el resto de actores. Su fantástica interpretación contagia eficazmente al público la intensidad y la emotividad del largometraje. La preocupación por recuperar un juguete, el miedo a ser foráneo toda la vida o la emoción ante la aventura de un viaje son sentimientos de la pequeña que la sala percibe con autenticidad gracias al buen hacer de la actriz.

Por otro lado, los personajes, tan bien construidos, dejan claro que en cualquier circunstancia es necesario ser respetuoso y buscar la mejor versión de uno mismo. A través de diálogos y de su comportamiento, resaltan la importancia de la familia y de defender aquello en lo que se cree.

El año que dejamos de jugar es una propuesta alegre –aunque dura– y bonita, difícil de desestimar, que proporciona un rato de disfrute. Es un título interesante para ver en familia, acercar a los pequeños un tema complejo y poder reflexionar al respecto.

Firma: Patricia Amat

ficha técnica

Director: Caroline Link

Guionistas: Anna Brüggemann, Caroline Link

Intérpretes: Carla Juri, Justus von Dohnányi, Marinus Hohmann, Oliver Masucci, Riva Krymalowski, Ursula Werner

Género: Drama

País: Alemania, Suiza

Fecha estreno: 13/11/2020

Lenguaje: Coloquial

Público

+7 años

Valoración

Contenido

Humor

Acción

Violencia

Sexo

Valores

Cuando Hitler asciende al poder, la familia de Anna se ve obligada a huir. Su padre no ha tenido reparo en escribir críticas contra el nuevo régimen, por lo que ahora está perseguido. De esta manera, abandonan el país rumbo a Suiza para empezar una nueva vida.

Título original: Als Hitler das rosa Kaninchen stahl

País: Alemania, Suiza

Duración: 119’

Fecha producción: 2019

Distribuidora: A contracorriente films

Color: Color

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