El ángel

Carlos Robledo Puch, un adolescente de físico aniñado, perpetuó cuarenta robos y más de once asesinatos. Hoy es el preso que lleva más años en la cárcel en Argentina. El ángel, coproducida por los hermanos Almodóvar, bate récords en la taquilla rioplatense y representa a este país en los Óscar 2019.

La película nos presenta a Carlitos al ritmo de éxitos argentinos de la época, con una puesta en escena cuidada y una factura sobresaliente. Gracias a la genial interpretación de Lorenzo Ferro, Carlitos es enseguida alguien atractivo, interesante y misterioso para el público. Chino Darín sale airoso, aunque tampoco tiene tanto carisma de delincuente, y Lanzani no defrauda, algo que ya demostró con creces en El clan (Trapero, 2015); un film que ponía mucha más carne en el asador para mantenernos pegados a la butaca.

El ángel lo intenta, pero pierde ese encanto inicial por el camino, a ratos de manera previsible o bien invadiendo con brutalidad aquello que sería más efectivo y todavía más salvaje cuando se deja a la intuición del espectador.

Esa falta de sutileza e ingenio diluyen una historia interesante y empequeñecen el relato y los potenciales conflictos de una película que se queda mirándose a sí misma en los ojos de su angelical protagonista.

Firma: Begoña Arribas