Damas de hierro

Pamela Tola estrena su segundo film, que es el primero que llega a España. De la mano de un guionista experimentado como Aleksi Bardy, se aventura en una road-movie tan accidentada en su desarrollo narrativo como las peripecias que viven sus personajes. 

El cine que acoge relatos sobre la tercera edad siempre es bienvenido y acostumbra a ser valiente, dado los tiempos que corren donde la adoración a lo joven y nuevo es toda una dictadura. 

En este sentido, la historia de Tola y Bardy alberga los habituales balances que nacen en la madurez y, si no se resuelven, acaban lastrando la senectud. Hay destellos de nostalgia y otros de abrazar el presente sinceros y con sentido. No obstante, ni todos ni siempre se presentan con coherencia en un guion que tiene tantos altibajos como sus protagonistas. 

El exceso de verborrea que marca el tono sonoro, en ocasiones, es agudo y cómico; pero resulta ruidoso y agotador, a la vez que se revela como una excusa para los giros argumentales caprichosos y los escarceos patéticos.

Como se habla tanto, parece que todo quiere decir algo en esta trama que, por el contrario, acaba banalizando la palabra y trivializando una realidad que merecía tomarse algo más en serio.

Firma: Lourdes Domingo