Una protocolaria carcelaria, atrapada en su rutina, enfrenta a un preso cuya llegada reabre un conflicto moral del pasado. Se conforma así un film crudo y violento que se sumerge en ciertos dilemas éticos.
Eva presencia desde una ventana la llegada del preso Mikkel Iversen a la prisión en la que trabaja. Lo reconoce, se estremece y, lejos de alejarse, solicita ser trasladada al ala de máxima seguridad donde él está recluido. No busca solo enfrentarlo, sino mirarlo a los ojos, ajustar cuentas con su pasado y, en cierto modo, buscar justicia —o quizás perdón— por la vida que le fue arrancada brutalmente. Entre Eva y Mikkel hay un lazo: una muerte violenta que los une en el dolor. Sin embargo, lo que comienza como una búsqueda de confrontación se convierte en un complejo viaje emocional. A medida que Eva se enfrenta a Mikkel, descubre en él no solo a un asesino, sino a un ser humano quebrado, vulnerable, que anhela redención. Esa revelación pone en jaque su necesidad de venganza.
Gustav Möller, el maestro danés del thriller psicológico regresa con una propuesta potente, íntima y profundamente perturbadora. Si en The Guilty lograba construir tensión con apenas una llamada telefónica y una habitación cerrada, en Condenados vuelve a apostar por los espacios mínimos y la intensidad emocional máxima. La claustrofobia no está solo en la cárcel, sino en los corazones de sus personajes. El guion, coescrito por Möller, escarba con precisión en dilemas éticos de gran calado: justicia versus venganza, redención frente a castigo, humanidad en medio del horror. Sidse Babett Knudsen y Sebastian Bull Sarning brillan con actuaciones contenidas pero cargadas de matices: encarnan a protagonistas desgarrados, llenos de culpa, rabia y una necesidad desesperada de sentido.
Condenados no es simplemente una historia carcelaria. Es un retrato descarnado de cómo lidiamos con el pasado, con nuestras propias heridas y con las decisiones morales que nos definen. Es un drama crudo, sin ornamentos, violento. Su fuerza radica en la desnudez con la que aborda los conflictos más íntimos del ser humano. En última instancia, el filme nos deja con una pregunta clave: cuando se nos presenta la oportunidad de hacer justicia, ¿qué camino elegimos: el de la destrucción o el del perdón?
Firma: Rocío Montuenga
Eva, una funcionaria de prisiones, se ve sacudida emocionalmente cuando un joven de su pasado ingresa en la zona de alta seguridad de la cárcel en la que trabaja, reabriendo heridas profundas. Los reiterados encuentros con Mikkel avivan una dolorosa pérdida, llevándola a confrontar el sentido de la justicia.