Bird

Andrea Arnold nos sumerge en la mirada adolescente de su protagonista, Bailey, para narrar su nueva propuesta cinematográfica: Bird. En ella, el realismo social y mágico se dan la mano en una mezcla orgánica y poética que aborda una coming of age en el seno de una familia poco convencional.

La directora apuesta por una fotografía embrutecida por el ambiente que contextualiza la trama y una cámara en mano que, en su tambaleo, subraya esa inestabilidad familiar y el tanteo de Bailey en sus primeros pasos por su adolescencia. A pesar de la coherencia en buena parte de sus formas, el lirismo en el que cae puntualmente y los puntos de estancamiento en varios momentos del guion entorpecen el transcurso del relato.

Pese a su eventual cripticismo, la película consigue sostener su dimensión emocional gracias a la entrega de su reparto, sobre todo de las electrizantes interpretaciones de Barry Keoghan y Franz Rogowski. Estas ayudan a contemplar una coyuntura difícil, en la que algunas escenas pueden suponer un difícil visionado para el espectador.

Al final, Bird propone una historia sobre esa madurez obligada a la que se ven forzados ciertos jóvenes en determinados círculos. Sin embargo, también habla de ese aprender a quererse en entornos desestructurados y, por ello, en su cierre agridulce emana mayor luz que durante su metraje.

Firma: Yoel González