Bad boys for life

Bad boys for life es la sucesora de Dos policías rebeldes II, de 2003. Tras diecisiete años entre entregas, los actores han perdido la juventud, pero no la química. Will Smith y Martin Lawrence parecen haber estado ensayando desde la última secuela, pues realmente parecen colegas. Esto refuerza la imagen de buddy cop característica de la franquicia. Martin sigue teniendo ese don para el humor y Will Smith aparece tan joven y enérgico como en Yo, robot.

El tiempo ha pasado también para sus roles y ahora ya piensan en el retiro, en teñirse el pelo y, mientras que uno quiere permanecer joven, el otro quiere envejecer con su nieto. Esto, junto a las confesiones y diálogos de Marcus y Mike, les otorga a ambos héroes de acción un toque más humano, que no se atisbaba en las anteriores producciones. Sin embargo, el humor y el dinamismo se mantienen como valores esenciales.

Los directores Adil El Arbi y Bilall Fallah apuestan por la estética original de 1995 con planos a cámara lenta y la fascinación por las armas, los coches y las mujeres. Si bien para los fans, esta estética saciará su morriña, para el espectador neófito puede llegar a ser incluso mareante, sobre todo al principio porque introducen técnicas más innovadoras como planos alejados en movimiento y a cámara rápida que contrastan mucho con el resto de tomas. También se nota la actualidad del film por la inclusión de canciones contemporáneas y la predominancia de los ritmos latinos.

La trama es buena, el villano está a la altura y tiene varios giros argumentales que sorprenden la primera vez, aunque luego se vuelven evidentes por sucederse tan a menudo. No obstante, lo bueno de esta crónica es que introduce en el equipo AMMO un conjunto de cuatro nuevos personajes jóvenes que servirán de relevo en una futura entrega y a un malvado con historia común con los protagonistas, con lo que Bad boys podría no acabar aquí como se esperaba, de ahí el “for life” del título quizás.

Este equipo tiene marcadas diferencias de personalidad y funciones que desempeñar, cosa que se ve a lo largo del metraje y en la traca final: una escena de destrucción masiva al estilo clásico. Otro personaje que destaca es el de Kate del Castillo que hace de “bruha” y femme fatal latina. Por último, está el hijo de esta vengativa mujer: un joven letal e impasible que será el mismísimo rostro de la muerte durante la cinta.

Por tanto, esta película es satisfactoria sobre todo para los citados fans de la marca. La acción constante, el humor y la estética se conservan, Para los que no lo sean, se encontrarán con una aventura que no requiere haber visto las previas, pero pueden verse apabullados con el dinamismo y la velocidad.

Firma: Yago LLopart