Asteroid City

Wes Anderson regresa con una nueva obra amante del inconfundible esteticismo del director y una autoconciencia cómica en su armado narrativo. Asteroid City es una triple matrioska en la que Anderson desarrolla una película donde se incluye los entresijos en la escritura, dirección y producción de una pieza teatral y, simultáneamente, la representación de esa misma.

La teatralidad de la que ya es característica su filmografía en lo formal –con escenarios acartonados, un diseño de producción y una escenografía ideada al milímetro, la rectitud de los movimientos de cámara o sus diligentes diálogos–, ahora también se hiperboliza en lo argumental. Así, se configura una metaficción en la que el realizador estadounidense se desenvuelve prudentemente, mirándose de nuevo al espejo sin llegar a fatigar.

En esta reunión de excéntricos personajes –protagonizados singularmente, otra vez, por un gran elenco de rostros conocidos–, el cruce de historias en la ficticia ciudad desértica de Asteroid City y los enredos en la pre-producción, los ensayos y el backstage de la obra se ven diferenciados por la fotografía. Mientras el trajín de la representación se perfila en blanco y negro, el primer escenario se presenta en color y con un filtro emulando la quemazón del sol del desierto.

En suma, la cinta ofrece una ligera heterogeneidad con espacio para reflexiones existenciales, crisis personales, romances y una sátira artística y política. Sin llegar a despuntar ni sobresalir, Wes Anderson presenta un título correcto con atisbos de su mejor cine que hará disfrutar de un rato agradable a los espectadores.

Firma: Yoel González