Arthur Rambo sumerge a la audiencia en el mundo de Twitter para plantear una problemática real. Gracias a una correcta actuación protagonista y situaciones límite, invita a una necesaria reflexión sobre las redes sociales.
La película presenta un posible escenario fruto del funcionamiento de la red social Twitter. Como es habitual en este tipo de tramas, que tienen la finalidad de advertir sobre eventuales peligros, la realidad se fuerza hasta un punto que roza lo inverosímil. De este modo, el espectador se encuentra con el contraste de un protagonista que ha alcanzado fama mundial por la sensibilidad con la que trata la inmigración en su novela mientras que, con una cuenta anónima, lleva años difundiendo tuits en sentido contrario.
Esto no excluye, sin embargo, que haya ciertas críticas que merezcan atención. Por un lado, el film muestra la polarización que fomenta el algoritmo de Twitter, facilitando el crecimiento de usuarios con juicios radicales, es decir, tuits antisemitas, homófobos o racistas, entre otros. Además, el relato deja ver cómo esto puede producir que el usuario que busca seguidores se vea atrapado en una espiral tóxica, emitiendo valoraciones en las que no cree, bajo el pretexto del humor, que puede acabar influyendo negativamente a la juventud.
En un plano más profundo, la historia reflexiona sobre el problema de la libertad y la cultura de la cancelación. En primer lugar, permite pensar hasta qué punto las redes sociales como Twitter nos hacen menos libres, ya que fomentan la adicción y crean una realidad paralela dañina. En segundo lugar, destaca la inmisericordia con la que se tratan las opiniones emitidas en el pasado, incluso si son con un tono humorístico (aunque sea de mal gusto), y la posterior condena popular (o mediática) sin ninguna garantía procesal ni jurídica, pudiendo llegar a causar la muerte civil, cancelando a la persona.
La actuación de Rabah Nait Oufella es correcta y, aunque su evolución psicológica no es demasiado expresiva, el actor cumple con el papel. Asimismo, técnicamente, la producción está muy cuidada, los planos, la música y los escenarios sumergen al público en el argumento.
En definitiva, es una propuesta interesante que pone sobre la mesa problemas reales de nuestra sociedad que es necesario considerar.
Firma: Luis Gaspar
Karim es un nuevo escritor exitoso al que los medios buscan explotar. Un día se destapa su antiguo alias, Arthur Rambo, que difundió mensajes de odio hace tiempo, pero ahora se han rescatado de las redes sociales. Este descubrimiento puede llevar a Karim de la cumbre a lo más bajo