“La belleza del gesto”, acertado subtítulo (o lema programático) de Alta costura, entronca felizmente con otras máximas que la sabiduría popular y cultural nos ha ido regalando: “despacito y buena letra / el hacer las cosas bien / importa más que el hacerlas”, “por sus obras los conoceréis” o “si quieres dar de comer a un hombre un día, dale un pescado y si quieres darle de comer toda la vida, enséñale a pescar”.
A lo largo de sus cien intensos, reposados y vitalistas minutos, Alta costura nos sumerge en un pedacito de la sociedad francesa, de la que realiza un exquisito retrato, cargado de humanidad y, por ello, con proyección universal.
La historia de Esther, Jade, Souad, Catherine, Mumu, Abdel, Marie, e incluso la insoportable Andree recoge y refleja algunos de los procesos y experiencias por las que, mutatis mutandi, pasamos todas las personas. La crisis de la jubilación, la falta de oportunidades, el encasillamiento social, los celos, las diferentes reacciones ante el miedo al futuro o a lo desconocido y otras reconocibles acciones humanas, van desfilando por la pantalla con naturalidad y cercanía.
Sylvie Ohayon, en el que es, sorprendentemente, solo su segundo largometraje, capta esta variopinta complejidad y la expone con la misma maestría con la que Marie cose sus pespuntes o Catherine va poniendo sus alfileres. Apoyándose en el guion de la más experimentada Sylvie Verheyde, Ohayon se adentra con delicadeza en el interior de sus personajes acertando, y sorprendiendo, de pleno al situar el relato en un taller de alta costura, un barrio marginal de París y los expresivos traslados entre ellos.
Las escenas del taller, punto fuerte del film, le sirven para que, entre su laboriosidad callada y precisa, observemos con más plasticidad los dramas internos de los personajes. Rehúye el colorido que a veces asociamos a los grandes diseñadores, apostando por colores entre el blanco roto, los acres o cremas que dan al ambiente solera y pulcritud y no desvían nuestra atención de las personas, principal objeto de esta película.
Los encuadres, sencillos pero cargados de sentido, permiten al espectador comprender con facilidad la narración y asimilar el variopinto abanico de realidades sociales, étnicas, religiosas, culturales etc… Aviones que despegan, trenes que se pierden, picados y contrapicados a través de las ventanas, comidas dejadas a medias… todo contribuye a que nos sumerjamos en la historia y dejemos que calen sus experiencias.
Es de agradecer la naturalidad con la que Ohayon y Verheyde nos hablan de la conveniencia de una tarea bien hecha, de la necesidad de la limpieza y la puntualidad, de la diferencia entre trabajo y oficio en el crecimiento personal, del respeto a los demás y, como gran mensaje, el papel de la belleza (entendida como “buen hacer”) contribuye a crear un mundo mejor.
Ohayon y Verheyde, coherentes con su obra, desarrollan un proyecto bello y con calado, cuidando todos los detalles, desde la interpretación de todo el elenco, a la elección musical y la dirección artística y, efectivamente, nos regalan un trocito de felicidad y esperanza.
Firma: Esther Rodríguez
Director: Sylvie Ohayon
Guionistas: Sylvie Ohayon, Sylvie Verheyde
Intérpretes: Adam Bessa, Claude Perron, Clotilde Courau, Lyna Khoudri, Nathalie Baye, Pascale Arbillot, Soumaye Bocoum
Género: Drama
País: Francia
Fecha estreno: 22/07/2022
Lenguaje: Coloquial
Dos jóvenes del extrarradio de París le roban el bolso a la jefa del taller de costura de la casa Dior. Una de ellas, Jade, va a devolvérselo y, a partir de ese momento, entablarán una curiosa relación.
Título original: Haute couture
País: Francia
Duración: 100'
Fecha producción: 2022
Distribuidora: Wandavisión
Color: Color