Se trata de uno de los éxitos de la temporada 1997-98. Esta comercial película de Richard Donner (Superman, Arma letal) ha dividido a la opinión pública norteamericana. Realizada con aire artesanal y al servicio de la famosa pareja protagonista –que llena la pantalla en todo momento, con abundantes primeros planos–, no se puede negar que consigue los objetivos que persigue: distraer al gran público aficionado con poco más de dos horas de buen cine. En esto, mal que nos pese, la industria de Hollywood –la major Warner Bros., en este caso– sigue imperando. Rodada en los mismos escenarios neoyorquinos con gran profusión de medios técnicos, su ritmo trepidante casi deja sin respiro al espectador, que sigue sorprendido la apasionante pero convencional trama.
El guión original se debe al especialista Brian Helgeland, co-autor de L.A. Confidential. Conspiración posee, asimismo, un tono denunciatorio: la de esos hombres que, en plena Guerra Fría y después del conflicto del Vietnam, fueron programados por el Estado para “misiones especiales”. La referencia cinéfila al filme testimonial El mensajero del miedo (The Manchurian Candidate, 1962), de John Frankenheimer –por parte del asesino jefe del grupo de la CIA– evidencia esa voluntad de expresión. Obviamente, la Central de Inteligencia Americana ha protestado ante la hipótesis de política-ficción que plantea la película (supongo que también lo hará Oliver Stone, quien queda alineado junto al ex presidente George Bush, antiguo director del poderoso organismo de espionaje USA); mientras el FBI sale bien parado. De ahí que el cronista Jorge Parrondo escribiera desde Los Ángeles: “Algunos norteamericanos viven realmente en un permanente estado de paranoia y casi todos los grupos sociales parecen creer en una diferente conspiración. A las milicias de ultraderecha no les queda ninguna duda de que la ONU y el Gobierno americano están en manos de la masonería, muchos homosexuales piensan que el virus del sida nació en un laboratorio del Petágono y varios miembros de la comunidad afroamericana, incluido uno de sus más importantes líderes, Louis Farrakhan, están convencidos de que la CIA se ha dedicado durante las dos últimas décadas a introducir el crack en los guetos negros de las grandes ciudades norteamericanas.” (Cfr. La Vanguardia, 21-XI-1997). No obstante, no hay que perder de vista que estamos ante una cinta de entretenimiento, llena de sentido del humor y fantasía –posee secuencias increíbles, próximas a Indiana Jones, o a los mismos Harrison Ford, Arnold Schwarzenegger y Sylvester Stallone (Gibson parece un cruce de los tres)–, muy espectacular y romántica (la Roberts resulta decorativa), que sabe comedir las dosis de violencia y las sentimentales como hacía tiempo no prodigaba el cine americano, la cual no pretende análisis social alguno.
Por eso, gustará al amplio sector de público –acaso poco exigente, ideológica y artísticamente– que se dirige al cine para deleitarse y pasar el rato. Es una opción legítima, mal que nos pese también, que debemos respetar.
Firma: Redacción
Director: Richard Donner
Guionistas: Brian Helgeland
Intérpretes: Cylk Cozart, Julia Roberts, Mel Gibson, Patrick Stewart
Género: Thriller
País: EE.UU.
Fecha estreno: 13/11/1997
Lenguaje: Coloquial
Jerry Fletcher es un excéntrico taxista de Nueva York. Según él, el mundo se rige por conspiraciones a gran escala de las que todos somos víctimas, y ése es el principal tema de conversación con sus clientes, a quienes pone al corriente de todo tipo de tramas que dominan el mundo.
Título original: Conspiracy Theory
País: EE.UU.
Duración: 129'
Fecha producción: 1997
Distribuidora: -
Color: Color