Como los demás

Con una puesta en escena elegante y sofisticada, sin escenas llenas de carantoñas entre los homosexuales (para así llegar al gran público) y en un tono divertido, emotivo y un punto dramático, Como los demás -tal y como indica el título- demuestra al espectador cómo una pareja homosexual puede ser tan buen padre, o incluso mejor, que una pareja heterosexual. Para conseguir tal propósito proselitista, Garenq llena la película de escenas emotivas y tramposas, que puestas en la vida real se desmontarían por su poca consistencia y simpleza. Por ejemplo, la separación de un hijo y una madre –después de llevarlo en su seno a lo largo de nueve meses- es mucho más dura y compleja que como se muestra en la película, y más cuando ella está enamorada de uno de los padres. Así lo dice la mejor amiga del protagonista cuando éste le propone que sea ella la madre –por lo que la película se contradice-, o la pareja de lesbianas que no les hace nada de gracia la idea de compartir su hijo con otra persona. Tampoco es real que un homosexual convencido, como asegura ser el protagonista, tenga un desliz importante con una mujer y le deje dormir en su cama, en un trozo del largometraje donde se juega con la ambigüedad sexual. Pero lo peor, sin duda, es el concepto que se tiene de un niño. Éste es visto como un objeto de consumo, del que uno se encapricha –intentándolo conseguir por todos los medios posibles- para, cuando las circunstancias se ponen feas, pensar que lo más sensato es deshacerce de él.

Firma: Montse Bros

Extras DVD:

• Idiomas: castellano, francés
• Subtítulos: castellano
• Tráiler
• Making of
• Derecho a adoptar
• Ficha técnica, artística y filmografías destacadas