Un hecho de tal calado político y tan reciente es lógico que sacudiera la taquilla mexicana el pasado 2012: más de un millón de espectadores y un cierto efecto de reapertura de la polémica muerte, por otra parte jamás resuelta.
Carlos Bolado -cuyo anterior largometraje, Sólo Dios sabe (2006), fue seleccionado para el Festival de Sundance- apuesta por una visión global del magnicidio de Colosio, aplicando los diversos puntos de vista: el político, el de los agentes secretos, el de la prensa, el de la viuda, etc. Todo ello con una infinidad de nombres y datos que consigue complicar el guión y hacerlo bastante caótico para un espectador poco familiarizado con los hechos.
El director mexicano parece querer emular el estilo omnicomprensivo y de relato que agota la realidad que caracteriza a Oliver Stone en títulos como, precisamente, JFK. El producto final es un libreto desigual: muy embrollado en las tramas políticas pero con diálogos que rozan la evidencia, y con unas subtramas personales puestas, o al menos desarrolladas, con calzador.
Sin embargo, en la realización el trabajo es más homogéneo, a pesar de algunos excesos en una forzada estilización de la violencia y en un recurso de planos detalle algo impostado.
Con todo, para el espectador amante del cine político y de la historia reciente, Colosio, el asesinato ofrece una buena ocasión para repasar unos acontecimientos que fueron determinantes para el cambio político en el México del partido único (PRI).
Firma: Lourdes Domingo
El 23 de marzo de 1994, el candidato a la Presidencia de la República por el Partido Revolucionario Institucional, Luis Donaldo Colosio, fue víctima de un atentado que acabó con su vida durante un mitin en Tijuana.
El asesinato de Colosio fue un hecho que sacudió al país y que marcó a varias generaciones de mexicanos.
A pesar de que la investigación de la Fiscalía Especial señaló a un solo culpable, Mario Aburto Martínez, la opinión pública nunca se convenció de que éste actuó solo y todo apuntó a una conspiración. Tampoco estuvieron nunca claros los móviles que llevaron a Aburto a cometer el asesinato.
Estos hechos reales son el punto de partida de nuestra historia de ficción. Una historia en la que Andrés Vázquez, un experto en inteligencia, lleva a cabo una investigación secreta y paralela a la investigación oficial.
Pero al mismo tiempo, otro experto agente, El Seco, recibe la orden de eliminar a todos los testigos y hacer desaparecer las evidencias del asesinato. Andrés, se acercará a la verdad de todo el entramado, pero inevitablemente pondrá en peligro su vida y la de sus seres queridos.
