Impresionante thriller político, realizado con enorme perfección formal por Harold Becker (Campo de cebollas, Taps, Más allá del honor). Aunque la película está enmarcada dentro del puro estilo comercial hollywoodiense, es una obra muy acabada y digna representante del mejor cine norteamericano actual. Basada en un guión de Ken Lipper que fue precisamente teniente de alcalde de Nueva York, con Ed Koch, tres escritores cinematográficos de excepción han completado el libreto original: Paul Schrader (Taxi Driver, Toro salvaje), Nicholas Pileggi (Uno de los nuestros, Casino) y Bo Goldman (Alguien voló sobre el nido del cuco). Por eso, el eficiente Becker no ha tenido más que poner en imágenes contando con la excelente partitura musical del clásico Jerry Goldsmith un relato que se sustenta también en los escenarios naturales de la capital co-protagonista del filme y en la autenticidad que le imprimen la gran interpretación de Al Pacino, como el corrupto alcalde actor que le devuelve al director el favor de su “recuperación”, y el joven John Cusack, como su idealista ayudante; ambos bien secundados por las intervenciones de Danny Aiello, Martin Landau y Anthony Franciosa.
La denuncia del pactismo político es obvia; al tiempo que los autores ponen en tela de juicio la dificultad de una gestión municipal clara cuando hay intereses económicos de por medio. Son los defectos del sistema capitalista estadounidense cabría añadir y del occidental. Pero dejemos que hable la experiencia del propio ex-teniente de alcalde neoyorquino, Ken Lipper: “El hacer pactos continuamente va desdibujando la línea que separa el bien del mal, llevando al alcalde a ser una figura vulnerable y solitaria que constantemente tiene que estar pensando en las consecuencias de cruzar, aunque sea inadvertidamente, esta línea”. Ideas que están en la misma línea creadora de Harold Becker, siempre interesado por explorar en sus filmes las relaciones humanas y su preocupación por crear sólidos personajes.
De ahí que el realizador añadiera sobre su City may: “Trata sobre el precio del poder, lo que lleva a la gente a perseguirlo, y cómo se hacen los trapicheos, concesiones para lograr el consenso que haga falta”. Con gran fuerza dramática y duro realismo sin recurrir a gratuidades de ningún tipo, Becker ofrece un brillante retrato cotidiano de Nueva York y de sus gentes multirraciales si bien cae en algún momento demagógico (como el discurso del alcalde en el entierro del niño negro), que puede interesar sumamente a políticos y ciudadanos, así como a sociólogos y, especialmente, a los aficionados al policíaco tradicional o al género negro, de cuyas fuentes bebe esta importante película sobre la sociedad de este final de siglo, la cual muestra con creces el lado oculto de los líderes políticos. Así lo comenta el referido co-guionista Lipper (alter ego del teniente de alcalde del filme): “Es la cultura claustrofóbica, donde enemigos y amigos se desprestigian unos a otros diariamente. La clase política, siempre expuesta a peligros insospechados, que podrían causar su caída, tiene su propio lenguaje, costumbres y moralidad diferentes de la del público al que sirve”. En este sentido, resulta muy significativa la conversación final entre ambos protagonistas.
Firma: Josep Maria Caparrós
Extras DVD:
- Audio: Dolby Surround: Español, Inglés, Alemán
- Subtítulos: Inglés, Alemán, Español, Holandés, Sueco, Noruego, Danés, Finlandés, Portugués, Hebreo, Polaco, Griego, Checo, Turco, Húngaro, Islandés, Croata, Francés, Italiano, Inglés para sordos, Alemán para sordos
Nueva York, años 90. Narra las desventuras de un hipotético alcalde de la ciudad, John Pappas, y de su joven ayudante, el teniente de alcalde Kevin Calhoun. Política municipal que tiene su arranque con la muerte fortuita de un niño de color a causa del enfrentamiento entre un policía y un “camello” relacionado con la mafia neoyorquina. Y que cobrará su punto álgido al descubrirse que éste había salido en libertad condicional gracias a las interesadas gestiones de un político demócrata del mismo partido que el alcalde de Nueva York sobre el juez del distritito, quienes reciben presiones de un poderoso “capo” que influye en el programa de obras del Ayuntamiento.
