Sin duda, Celda 211 se ha convertido en la película revelación del cine español, y para muchos críticos –sin decir ninguna tontería- se trata de una de las mejores producciones españolas en mucho tiempo. La taquilla les ha dado la razón –lleva casi tres meses en cartel- y es la película con más posibilidades de llevarse la palma en los Goya, pues es finalista en las 16 categorías más destacables.
Su éxito radica en que se trata de un género poco explotado en el cine español –el drama carcelario-, pero además se desarrolla con un buen ritmo, con dosis de suspense, un punto de humor –a pesar del drama que está latente- y unos personajes muy bien definidos. En este sentido, el hecho de que sea española hace que la película sea más realista y próxima, a diferencia de la artificiosidad de algunos thrillers americanos.
Las interpretaciones son soberbias. Por un lado, Luis Tosar borda el personaje de un preso con una mirada turbia, voz de bebedor de agua ardiente, con aires de grandeza, aterrador, pero del que se deja entrever su lado humano. Por otro lado, el desconocido actor Alberto Amman consigue una transformación progresiva y verosímil de su personaje, Juan Oliver. La extraña relación entre estos dos protagonistas –de orígenes, vidas, familias y expectativas tan distintas- también da humanidad a la película.
Celda 211 es una adaptación de la novela homónima de Francisco Pérez Gandul, que muestra el drama de los presos, no sólo por las condiciones en las que viven y el trato que reciben en la película –en esto muchos funcionarios de prisiones no estarán de acuerdo, ni en la imagen que se da de alguno de ellos-, sino la tristeza de vivir encerrado, aunque sin entrar en los motivos que les han llevado a ello. Una película un tanto grosera en ocasiones y con alguna escena desagradable debido a su temática, pero recomendable para un público adulto.
Firma: Montserrat Bros
Extras DVD:
Juan Oliver empieza a trabajar como funcionario en una cárcel provincial. Está casado con Elena y esperan su primer hijo. Juan es un chico sencillo, trabajador y feliz con su recién estrenada familia. Un día antes de su primera jornada de trabajo decide visitar el centro carcelario para ponerse al día de cuál será su tarea. Sin embargo, sus buenas intenciones le llevarán a su peor pesadilla. Mientras visita el centro, los presos se alzan en un motín, en el que estará atrapado, y deberá fingir ser uno de ellos, si no quiere morir.