Carmina y amén

Paco León vuelve a reunir a su familia para culminar la saga dedicada a su madre, iniciada en 2012 con Carmina o revienta. Presentada en el Festival de Málaga con la misma buena aceptación que la anterior, esta nueva propuesta de León funciona como complemento perfecto a la primera entrega, compensando la pérdida del efecto sorpresa de aquella con algo más de madurez cinematográfica.

Entre la caricatura y la espontaneidad, la película se construye en torno a una Carmina Barrios que llena la pantalla con su carácter. El episodio costumbrista y la comedia negra conviven con dosificadas cantidades de dramatismo, y definen con naturalidad y algún que otro giro una trama sencilla, destinada a afirmar la matriarcal personalidad de la protagonista como madre, esposa, abuela, mujer, persona y referente.

Hay autenticidad tanto en el retrato como en los actores y, en algunos sentidos, hay cierto fondo admirable en lo que representa Carmina. Sin embargo, a la película le pierden las formas con excesiva frecuencia y (como le sucedió a su antecesora) vuelve a pasearse peligrosamente entre lo vulgar y ordinario, y el sentido y entrañable homenaje de un hijo a su madre.

Firma: Juan Xipell