Bypass

Es encomiable y muy de agradecer el intento de los creadores de Bypass de ofrecernos una comedia romántica al uso, como las que habitualmente importamos de Estados Unidos, pero con actores nacionales, ambientada entre Bilbao y Barcelona y hablada en euskera en su versión original.

Pero el encomiable intento resulta fallido. Los guionistas no han acertado con la fórmula de la comedia romántica (a pesar de los numerosos referentes a los que podían haber acudido) y dejan que los momentos dramáticos le coman terreno a la comedia y ralenticen la narración. Por eso la historia no acaba de enganchar. Cuando empiezan los momentos divertidos derivados del enredo que provoca el protagonista, se vuelcan o bien en escenas de sexo explícito sin ninguna gracia, o bien se cortan en seco para dejar paso a una poco trascendente reflexión sobre la enfermedad o la muerte.

Quizá han intentado abarcar demasiado y distanciarse de la superficialidad habitual del género. Pero tampoco parece que hayan querido hacer una película más comprometida y, desde luego, le faltan miles de millas de profundidad para acercarse lo más mínimo al género tragicómico tipo La señorita de Trevélez de Arniches.

Todo deja sabor a oportunidad perdida. Los actores, todos, están fantásticos y encarnan a la perfección sus papeles, pero sus actuaciones no sirven para levantar un guión tan errático. Se abren algunas líneas muy interesantes con los secundarios (los intentos del médico de acercarse a Jone, los malentendidos sobre la relación de Lukas y María…) que se cierran sin haberles sacado todo el partido posible. Y tampoco acaba de convencer la benevolencia con la que se tratan la mentira y la deslealtad. Y en esa línea, la banalidad que reflejan las relaciones de pareja no puede sino restar romanticismo a lo que se supone que tenía que ser una comedia, precisamente, romántica.

El final, al que hemos llegado a trompicones, se produce en un momento de bajada de tensión y no emociona en absoluto. Los alfileres con los que han sujetado los cierres de la historia sólo nos dejan de positivo la ilusión de que la comedia romántica española llegará la próxima vez. A ver si es verdad.

Firma: Esther Rodríguez