Brasserie Romantic

Primer largometraje del director belga Joel Vanhoebrouck que ahora, con cierto retraso, llega a nuestras pantallas. Con su primer corto, Josephine, alcanzó el Premio del Jurado en el Festival Internacional de Leuven (2003), como la Mejor película flamenca de ficción. En 2013, logró la distinción como Mejor Serie Romántica a un celebrado programa de episodios para la televisión de su país. Con el título que hoy nos ocupa, ya tiene en su haber el Premio del Público en el Festival de Portugal y en el de Virton (Bélgica) y el Premio a la Mejor Actriz en el de Ostende.

En esta ocasión, el crítico tiene el privilegio de hurgar en la profundidad, o en la apariencia, de las vidas de cada uno de los comensales de aquella noche, puesto que toda la acción se desarrolla preferentemente en el espacio gastronómico.

Ante los manteles sobre los que, uno tras otro, se sirven los distintos y selectos platos que componen el atractivo menú para aquella celebración, cada pareja se enfrenta a sus propios vínculos personales. De forma alternativa, el olvido, la traición, la soledad, el sexo, la desesperación… o la ilusión, adquieren protagonismo principal en una fecha inicialmente prevista para el testimonio del amor, pero en la que éste no siempre aparece en el espacio natural deseado.
Cinta de análisis en la que el mundo de la pareja es tratado con desparpajo, tomando como excusa la celebración de una noche en la que “todo” debería ser positivo y cordial, mientras que, en realidad, los problemas personales salen a la luz y ensombrecen el panorama íntimo.

Brasserie Romantic es una cinta que, bajo sus secuencias festivas, encierra en el fondo la clara denuncia de una problemática de difícil resolución sin la decidida y abnegada labor de cada uno de los que deciden compartir su propia existencia.

Pero es de justicia señalar que, pese a que en la vida no todo es como sucede en la película, lo que sí está claro es que “aquella noche”… San Valentín cenó en otro restaurante.

Firma: Joaquín Guitart