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Jordi Casanovas, un dramaturgo y director teatral, escribió una peculiar pieza escénica con la transcripción de las declaraciones de Bárcenas al juez Ruz del famoso 15 de julio de 2013. Bajo la dirección de Alberto San Juan, Ruz-Bárcenas logró el aplauso de la crítica y una gira con todas las entradas vendidas. El talento del par de actores protagonista tuvo mucho que ver.

Tanto Pedro Casablanc como Manolo Solo repiten en la adaptación al cine de la mano de David Ilundain, que lleva a cabo un ejercicido de naturalismo jurídico-político interesante.

Según su creador, al guión no se ha añadido ninguna información que no esté en la citada transcripción, “solamente se han modificado, recortado o estructurado algunos fragmentos”. Con esto, y con el prólogo y epílogo en formato de la cámara de sala de la Audiencia Nacional, se condensan las cinco horas de preguntas y respuestas en 78 intensos minutos.

Como experimento narrativo e interpretativo, la propuesta de Ilundain es impecable, pues ofrece un pulso de rostros y gestos rico y cargado de pequeños matices. Aunque algunos planos de reacción del público presente en el interrogatorio sean discutibles, porque se sobreponen a la acción principal sin aportar mucho, el conjunto tiene un punto de modernidad (el caso es lo suficientemente grave todavía) y del clasicismo del drama político shakesperiano.

Firma: Lourdes Domingo