Astérix: La residencia de los dioses

Después de tantos años de los cómics y películas de dibujos de Astérix y Obélix, llega esta nueva propuesta de animación, casi tan resultona como las de Pixar y Dreamworks. Visualmente deliciosa, llena de los colores pastel que ya añorábamos de las predecesoras, la cinta es mucho más convincente que las versiones de Astérix en carne y hueso a las que ya nos estábamos malacostumbrando.

La historia está al alcance de toda la familia. La trama es sencilla; un pueblo bárbaro se deja conquistar culturalmente por uno civilizado que sólo quiere destruirle. Esto se hace patente en las divertidas escenas de competencia de mercado, en las que el anticuario y el pescadero se pelean por los clientes, inventándose valores añadidos de sus productos. El tema de fondo también resulta interesante para los adultos: la comodidad es un veneno que puede aniquilar la identidad de un pueblo unido y de cada uno de sus ciudadanos.

El humor es muy fresco y, aunque la película tarde un tanto en arrancar, la mezcla de ironía, slap-stick, humor tonto y acciones absurdas hacen que el metraje no resulte pesado y arranque unas cuantas carcajadas y muchas sonrisas.

Estamos ante una perla de animación europea que hará disfrutar a un amplio rango de espectadores de todas las edades. Muy recomendable.

Firma: Josepmaria Anglès