Estamos ante un importante film experimental, tremendamente minoritario, realizado por el macedonio Milcho Manchevski. Este joven autor, que cursó cine en USA, trabajó como guionista y director de spots publicitarios y vídeos musicales –premiado en 1992 por su cinta Tennessee– antes de dedicarse a la realización de cortos y documentales. Y ahora ha debutado en el largometraje de ficción, llevándose numerosos galardones y el “León de Oro” ex-aequo de Venecia ´94.
Rodado en impresionantes escenarios naturales de su país y en Albania –aparte de Londres–, ha contado con la cuidada fotografía del español Manuel Terán y con un cuadro de intérpretes de primer orden. Pero dejemos que hable el propio Manchevski: “Me resulta más fácil hacer largometrajes que cortos o arte multimedia, probablemente porque contar historias me resulta algo natural. Para Before the rain tomé simplemente tres historias muy sencillas, argumentos que existen desde hace cientos de años –el amor imposible, un dilema irresoluble y la vuelta al hogar–. Sucedió algo curioso cuando fueron explicados a gente real y cuando jugué con el factor tiempo. Creo que es el modo en que recombinamos elementos reconocidos lo que nos proporciona la posibilidad de ser originales”.
El primer episodio –Palabras– aproxima al espectador a una raza prácticamente desconocida, con su cultura, sus costumbres y tradiciones, además de las intransigencias étnicas y religiosas. Todo ello, a través de un relato lleno de lirismo y extrema sensibilidad, que protagonizan un joven monje ortodoxo y una muchacha albanesa. El tercero y último sketch –Imágenes–, explica mejor el primero, evidenciando los odios ancestrales entre macedonios y musulmanes, contra el que se “sacrificará” el fotógrafo protagonista, enlazando este final con el inexplicado principio. Entre ambos, el segundo episodio –Rostros, cuya acción se desarrolla en la capital londinense– muestra la crisis de conciencia del mismo protagonista, sus devaneos amatorios con una periodista –no falta el detalle obsceno– y la actitud violenta de un Occidente que nada hace de efectivo para solucionar la grave crisis de la ex-Yugoslavia. Es obvio que la brillantez estética de las imágenes, bien subrayadas por la banda musical de Anastasia, no oculta la desolación de un pueblo y la perplejidad de unos personajes, atrapados por su pasado histórico, cuya única “salida” parece ser la irracionalidad más aterradora.
El título del film –manifestó Milcho Manchevski– hace referencia a la sensación de tensa expectativa que se produce cuando el cielo está cargado con la posibilidad de una explosión, cuando la gente está en silencio, esperando una tragedia o la purificación…”. De ahí que el sombrío laberinto balcánico ya haya tenido su primera película, aunque sólo sea a modo de ambigua reflexión intelectual y especialmente dirigida a cinéfilos.
Firma: Josep Maria Caparrós
Septiembre, 1991. Macedonia se proclama Estado independiente dentro de la antigua Yugoslavia. La nueva República será reconocida por las potencias extranjeras, ante la indignación de Grecia y Bulgaria. En medio de esta turbulencia política y la actual guerra, se narra una triple historia –co-protagonizada por un reportero gráfico nativo, premio Pulitzer, y su familia–, que se entrelaza con el propósito de ofrecer un intenso retrato del país y de la Europa contemporánea, precisamente “antes de la lluvia”… de balas.