Abraham Lincoln: Cazador de vampiros

Escoger un personaje histórico para protagonizar una historia tan fantástica como Cazador de vampiros tiene un gran inconveniente: la incredulidad impide tomarse en serio nada de lo que se narre. Una vez salvado ese obstáculo, el espectador está preparado para enfrentarse a cualquier cosa. Con cualquier cosa se hace referencia a todo el metraje.

El guión aburre por falta de contenido, pero en su defensa llegan los grandes efectismos de una tecnología al servicio también de las grandes hazañas audiovisuales. No obstante, su abuso desemboca en un “más difícil todavía” complicado de digerir.

Los personajes tampoco aportan interés, salvo quizá Dominic Cooper que posee el papel más agradecido, por una extraña falta de trascendencia. Sin embargo, una vez anestesiados, tanto el espectador como los protagonistas del film se dejan llevar por la inercia de la acción vertiginosa con el tranquilo presentimiento de que todo acabará bien.

Lo único que tal vez pueda destacarse de este desconcertante producto cinematográfico es la patriótica visión americana de una raza extinguida, por lo menos en nuestro país: los políticos con ideales nobles, comprometidos con el pueblo que luchan por una causa justa, un país y por la libertad. Claro que tanta profundidad se pierde entre hachazo y hachazo.

Firma: Mar Pons

Extras DVD:

• Audio: español, inglés, francés, portugués, ruso
• Subtítulos: español, francés, portugués, holandés, ruso, sueco, noruego, finés, ruso, turco, árabe, inglés para sordos