Basada en la autobiografía de Cheryl Strayed, es imposible no comparar su libro de estilo con el de Hacia rutas salvajes: personaje herido que abandona su vida para emprender un viaje espiritual en solitario, por lugares recónditos, encontrándose con compañeros de camino amables pero también peligrosos, durmiendo al raso y escribiendo un diario repleto de sofisticadas frases de autosuperación.
Dallas Buyers Club ha dejado cierto rastro en el tipo de dirección de Jean-Marc Vallée, sobre todo por algunas elipsis dentro de una misma secuencia y porque no se queda corto con varias escenas de sexo más que sugerido. Este subrayado sobre lo explícito quizá lo justifica por la temática de la película y por querer profundizar en la miseria interior de la protagonista, cosechada con empeño. También resultan familiares esas ráfagas oníricas (en este caso, en forma de flashbacks) que nos remontan al origen del trauma de la Cheryl. De hecho, en Alma salvaje los saltos al pasado son absolutamente necesarios, puesto que sin ellos la historia carecería de interés. No se puede decir lo mismo de la voz en off de Cheryl, que resulta un recurso un tanto forzado cuando no desempeña una función cómica.
Sobra decir que se trata de una de esas películas pensadas para que una actriz estrella se luzca y arrase en los festivales. En efecto, Reese Witherspoon es la responsable de casi todas las escenas, abandonando sus habituales papeles de comedia romántica o chica sofisticada para ponerse en las carnes de una drogadicta de vida tumultuosa, ataviada con botas de montaña, shorts y camiseta manchada de barro, y con una mochila que duplica su peso y volumen a sus espaldas. La premiada con el Oscar por Walk the line se pone ahora, paradójicamente, en la piel de un personaje similar al de Johnny Cash: ella también camina en la cuerda floja, pues ha estado a punto de tirar su vida a la basura en muchas ocasiones y trata de redimirse con este viaje, en el que afloran bellas reflexiones de sutil religiosidad sobre el perdón, la paz interior y la libertad.
Resumiendo, estamos ante 115 minutos de construcción de un complejo personaje, al que iremos conociendo combinando una de cal y una de arena, su oscuro pasado y su precario presente. Un film pausado aunque no lento, algo duro de ver debido a ciertos temas (la muerte, la enfermedad, el vicio, la desesperación) pero interesante, al fin y al cabo, para exactamente el mismo tipo de público que disfrutó con Hacia rutas salvajes.
Firma: Josepmaria Anglès
Cheryl Strayed, harta de que la vida le dé la espalda continuamente y muy marcada por el fallecimiento de su madre, su adicción a las drogas y un aborto, decide ausentarse de su vida durante tres meses y recorrer, con su mochila, el Pacific Crest Trail, más de mil kilómetros a través del desierto de Mojave. Lo hace con la firme esperanza de encontrarse a sí misma y de volver a ser la mujer entera que su madre crió años atrás.
