
El intento de construir un relato grandilocuente sobre el amor y la complicación de la vida se queda en una pobre y confusa ojeada a la desorientación (también narrativa) de una treintañera.
El intento de construir un relato grandilocuente sobre el amor y la complicación de la vida se queda en una pobre y confusa ojeada a la desorientación (también narrativa) de una treintañera.
Este film belga aborda la complicada cuestión de convivir con la enfermedad mental en un entorno familiar. Con irregular recorrido, la trama es dura y difícil de ver, mientras exalta la fuerza del amor.
La adaptación del relato de ajedrez de Stefan Zweig funciona perfectamente durante la primera mitad, pero pierde fuerza en su segunda parte. Aún así, mantiene el interés y despierta ilusión por leer la novela.
Con excesiva longitud y con maestría en no pocos pasajes, el film de Hamaguchi habla con sugerencia de las heridas personales. La metáfora del coche y de la obra de teatro completan la fuerza de su trama.
Aunque parece original, Prisioneros de Ghostland no es más que una vuelta de tuerca a varios géneros conocidos sin lógica en su guion. Algunos aciertos visuales alegran al espectador, pero acaban sin conducir a nada.
Las hermanas Williams coproducen este film sobre cómo el tesón de su padre las condujo a la cima del tenis mundial. Convencional y bien interpretada, contiene algunos pasajes más inconexos y que la alargan en exceso.
La abundancia de temas propuestos, así como el desorden con que se abordan y la incoherencia en el dibujo de algunos personajes, hacen de esta propuesta un film bien ambientado pero fallido.
Esta coproducción aborda la doble vida de una mujer con el objetivo de suscitar intriga en la trama y fascinación por el personaje. Sin embargo, resulta confusa y algo desalentadora para el espectador.
Un café londinense de ambiente árabe manifiesta las cotidianas divergencias y tensiones entre modos de pensar y ver la vida. El film abarca demasiadas cosas, además de romper la naturalidad con excesos descarnados.
Esta precuela de la saga de espías cambia su tono hacia uno más serio, con reflexiones antibelicistas. Pero, por eso, no deja de entretener con acción y unos toques de humor, a veces, poco elegantes.