La isla de las tentaciones, una tentación de la que huir

La isla de las tentaciones

Sinopsis

Cinco parejas que quieren poner a prueba su fidelidad acuden a una isla paradisíaca para ser tentados. Separados en dos casas, las chicas de las parejas convivirán con otros diez solteros y, los chicos, lo harán con otras diez mujeres sin pareja. Pasado un tiempo, la fidelidad de los concursantes quedará demostrada si ninguno de ellos cae ante los encantos de los “tentadores”.

Audiencias

La tercera edición de este reality ha obtenido una media de 3.172.000 de espectadores. El 45,5% de cuota de pantalla son jóvenes de entre 13 y 24 años, según un informe elaborado por DOS30’ sobre datos de Kantar Media. Esta es también la población más fiel al espacio con un 70% de permanencia ante la pantalla; una cifra muy por encima del resto de targets.

Por otro lado, si preguntamos a nuestro alrededor, podemos encontrarnos fácilmente con un buen número de menores que reconocen el programa por haberlo visto, porque se comenta en el colegio o porque han seguido las andanzas de sus protagonistas a través de la redes sociales.

La isla de las tentaciones

¿Qué es lo que tienta de la isla?

El éxito y atractivo del programa radica en la curiosidad, la perversión y el morbo que provoca. Al enfrentarnos a La isla de las tentaciones, se pone en juego esa seducción que ejerce sobre el ser humano la exposición de la vida de los demás.

A esto se suma el concepto de las relaciones tóxicas y los amores prohibidos: lo catastrófico atrae y lo prohibido también. En este sentido, el trabajo de casting es muy relevante ya que en los protagonistas destaca la carencia de recursos para manejar sus emociones. Se trata de personas que entienden y viven el concepto de amor en un terreno estrictamente físico, onírico y actual (del mismo momento presente). Es decir, se cae en la tentación física y no se valoran las consecuencias, ni se tiene en cuenta el futuro. Así viven experiencias engañosas, encerrados en un lugar de ensueño donde la realidad se deja de lado para vivir en una irrealidad absoluta.

Al mismo tiempo, el hecho de que la actuación de los concursantes pueda ser juzgada desde fuera tiene como objetivo que el espectador se sienta más inteligente, también en su esfera sentimental. Hay que tener en cuenta que se trata de un programa de entretenimiento, fácil y sencillo, que no necesita de conocimientos previos o intelectuales y donde no hay nada que comprender, ni siquiera hay que prestar especial atención.

Así, con la guardia baja, las historias que nos presenta el programa las percibimos como reales y creíbles. El efecto mimético, producto de las neuronas espejo, hace que veamos nuestras reacciones reflejadas en las de los protagonistas. A partir de esta conexión e identificación, nos posicionamos instintivamente a favor o en contra de unos u otros, emitimos juicios y tomamos parte en el juego.

Por su lado, la realización también es simple. Un escenario ideal, unos personajes (también físicamente excepcionales y cincelados) dispuestos a exponer y vender su intimidad y un objetivo: poner a prueba “la fidelidad” de la pareja. Para ello, tienen que ir esquivando situaciones tentadoras, sensaciones y emociones confusas.

No hay que profundizar demasiado para detectar que se trata de un espacio con una fachada maquillada, pero vacío por dentro. Aun así, se despliega con una gran capacidad para atraer a la audiencia.

La isla de las tentaciones

Detrás de la tentación

Si se tiene en cuenta que gran parte de la audiencia es menor de edad y si conocemos que la fidelidad de la audiencia es alta y que ello conlleva una también alta identificación con los personajes (lo que nos hace menos críticos con su conducta), deberemos considerar los siguientes contenidos del programa:

> Por un lado, no transmite valores socioeducativos. Todo lo contrario. La falta de respeto, el enfrentamiento, los insultos, las humillaciones, la fragilidad, el vocabulario fácil o las agresiones verbales son ocasión intencionada para irritar, molestar e, incluso, gritar a otras personas.

> Es un programa simplista que visibiliza la fidelidad en la pareja como algo imposible y los celos como lo más habitual e inevitable. Ambos parámetros –fidelidad y celos– se presentan como pruebas de amor irrefutables.

> Se trata de un espacio irresponsable también en cuanto a la educación afectivo-sexual. Sigue mostrando roles sexistas, sin plantearse el peligro de naturalizarlos. Del mismo modo, otorga una excesiva importancia al cuerpo, exaltándolo como reclamo y objeto de deseo, mientras la continua hipersexualitzación de la mujer transmite una imagen ordinaria, lejos de su feminidad completa.

> Además, como novedad en esta edición, se ha incluido la infidelidad femenina para visualizar que los roles de género juegan con igualdad y como ejemplo (falso ejemplo) del empoderamiento de la mujer.

> Precisamente, este tipo de programas y/o conductas no ayudan a normalizar / fomentar la igualdad, ni siquiera la definen. Por tanto, resulta un despropósito en contra de la mujer que sale doblemente malparada.

La isla de las tentaciones

Conclusión

Los y las menores de edad son personas en pleno desarrollo neuronal y, por tanto, susceptibles a asimilar tal cual estos patrones de conducta y actitudes, con lo que se verían afectados negativamente en su crecimiento personal.

Asimismo, la falta de conocimiento o experiencia les puede llevar a creer que las relaciones sentimentales son como las retrata el programa, y pasar así a reproducirlas con sus parejas. Por lo tanto, el coste del programa es alto para los jóvenes que todavía están en una etapa tan compleja como la adolescencia.

Tanto por la carencia de límites que difunde La isla de las tentaciones, como por la falsedad de su planteamiento, y por la retrógrada manera en que reproduce estereotipos machistas y contra la mujer, resulta un producto con muchas deficiencias éticas.

En definitiva, se trata de un formato opuesto a los valores que la sociedad está trabajando desde diferentes ámbitos. No muestra valores, competencias y habilidades personales, lo que obstaculiza una educación en el respeto, en el conocimiento y en el pensamiento crítico para opinar y decidir con libertad.

Para pensar, hablar o debatir

. ¿Por qué ves La isla de las tentaciones?
. ¿Crees que es real lo que se muestra en el programa?
. ¿Te identificas y/o compartes valores con alguno de los personajes?
. ¿Qué te gusta y qué no de los comportamientos que mantienen las parejas?
. ¿Cómo te sentirías si un familiar o conocido fuera concursante? ¿Lo irías a defender?
. ¿Y si te dicen que uno de ellos está presuntamente implicado en una violación “en manada”?
. ¿Piensas que los sentimientos que se expresan en este programa son auténticos? ¿Por qué?
. ¿Qué estarán haciendo los protagonistas dentro de un año?
. ¿Has pensado si, en realidad, lo que buscan los concursantes es su “momento de fama” o una plataforma para salir en otros programas? ¿Qué opinas si fuera así?
. ¿Recuerdas tres parejas de la edición anterior?
. Elige dos momentos que recuerdes de alguna de las ediciones. ¿Por qué estos? ¿Qué pasó?
. Dirías que estos programas son como una fábrica de personajes con fama y éxito que pueden acabar siendo “juguetes rotos”
. ¿Te gustaría ser candidato y entrar a La isla de las tentaciones, Supervivientes, Gran hermano o algún programa similar? ¿Por qué?
. Piensa si esta experiencia puede afectar a los concursantes el día de mañana. ¿Cuándo, cómo y por qué?

Firma: Imma Samsó y Mar Pons