Consumo responsable. Herramientas para la gestión del tiempo de uso del móvil

Estamos viendo como cada vez más se extiende la sensibilidad respecto al fenómeno de las tecnoadicciones y se fomenta el consumo responsable, principalmente cuando nos referimos al uso del teléfono móvil.

Campañas publicitarias como las de IKEA y Ruavieja se han hecho eco de este hecho para apelar a las relaciones con nuestros seres queridos y familiares y al escaso tiempo de calidad presencial que pasamos con ellos en detrimento del tiempo que pasamos frente a las pantallas, o el desconocimiento de nuestro entorno más cercano en contraste con multitud de aspectos irrelevantes propios de Internet. Ambas campañas, a parte de su cometido comercial, han dejado un poso importante en cuanto a la sensibilización con un componente emocional que, no en vano, las llevó a ser finalistas de la XXIV Edición de los Premios Zapping en la categoría de Mejor Iniciativa en la Red.

Este tipo de iniciativas se han visto secundadas por sectores como el de la gastronomía, donde cada vez son más los restaurantes que hacen descuentos si al acceder te desprendes del móvil. Así comienza a calar la idea de establecer zonas libres de teléfonos con el fin de promover el bienestar y la relajación. Y es que el llamado phubbing es uno de los principales motivos del deterioro de las relaciones personales y de pareja, al estar más pendientes de consultar el teléfono en lugar de compartir nuestro tiempo libre a hablar e interactuar en persona o al ocio sin interferencias de este tipo.

El móvil se ha convertido en una extensión y nos acompaña en la mesa, en la cama, en el baño, en el transporte público e incluso mientras supuestamente vemos algún contenido audiovisual, ya sean series, películas y programas a los que dedicamos un nivel de atención cada vez menor por estar absortos con él. Después de la cena suele ser el momento en el que mayor tiempo se le dedica al móvil como vía de evasión, descuidando e ignorando todo lo demás. Mención aparte la dependencia generada por la carga de la batería del dispositivo que ocasiona la necesidad de tenerlo enchufado incluso mientras lo estamos consultando y vigilar con que ésta no se agote.

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Para el control parental

Las comidas y cenas familiares se han convertido en un verdadero quebradero de cabeza para las madres y los padres de hijos adolescentes que están abstraídos con el móvil. Y frecuentemente son los propios progenitores los que no dan un buen ejemplo. Es recomendable establecer unas normas en el hogar con los menores para evitar el uso de las pantallas antes de dormir y en los dormitorios, limitando la tecnología para momentos concretos y con un cometido. El fin es enseñarles a aprovechar lo bueno que tiene sin abusar de ella y evitar el típico recurso de dejarles las pantallas para estar un rato tranquilos.

Con recompensa

También encontramos otras iniciativas que se basan en la recompensa y/o la gamificación, tales como Forest. Forest – Stay Focused, se basa en la alegoría de la productividad representada como un árbol que va creciendo a medida que pasan las horas sin mirar el móvil. Es una representación gráfica que muestra cómo gastamos tiempo que podríamos aprovechar y además ofrece gráficos con la visión de conjunto de nuestra productividad.

Contra la dependencia

Existen otras herramientas que directamente bloquean el terminal para aquellos que necesitan suplir la fuerza de voluntad con medidas más contundentes. Tales como Detox – bloqueador de dilación, Apagón – Mantente concentrado, u otras para gestionar el tiempo de uso como OFFTIME, Flipd o SPACE – Rompa con la adicción al móvil (Android), que permite monitorizar el uso del móvil para analizar patrones de conducta y ver claramente cuánto tiempo útil nos quita el móvil.

En esta línea de poder medir el nivel de dependencia del móvil encontramos aplicaciones como Checky, para controlar el número de veces que se desbloquea el móvil a lo largo del día. Para Android tenemos Quality Time, que también hace estadísticas y gráficos de las aplicaciones que se abren y el tiempo que se pasa en cada una de ellas, o RescueTime para mejorar la productividad.

En el propio dispositivo

De hecho, no hace falta recurrir a aplicaciones externas, ya que el propio sistema también ha incorporado en sus últimas versiones este tipo de funcionalidades.

Android P incorpora Android Dashboard que permite gestionar el número de notificaciones recibidas, el tiempo dedicado a cada aplicación y lanzar avisos cuando detecta un tiempo de uso excesivo. iOS 12 hace lo propio para los usuarios de Apple, en el panel Screen Time o Tiempo de uso integrado en el pack Digital Health, permitiendo ocultar notificaciones para evitar distracciones en el modo No molestar y ver estadísticas de uso de las aplicaciones por categorías, en la correspondiente opción del menú Ajustes.

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Las grandes compañías

Facebook e Instagram también se sumaron al carro con funcionalidades para conocer exactamente cuánto tiempo se invierte en cada una de los servicios, además de proporcionar diferentes herramientas para evitar que el balance total sea excesivo. Esto se realiza mediante un panel de actividad al que podemos acceder en la configuración: Tu Tiempo en Facebook y Tu Actividad en el caso de Instagram, que permiten establecer recordatorios diarios para avisar cuando hayamos cumplido el límite de uso establecido o limitar las notificaciones que nos llegan, silenciándolas durante un periodo determinado.

Esta repentina apuesta por fomentar hábitos de consumo saludables por parte de los desarrolladores y plataformas responde a un lavado de cara ante la cada vez más extendida percepción de las consecuencias de un uso abusivo sin control y los efectos adictivos que ello conlleva. Evidentemente, interesa que sigamos usándolas pero con mesura, para evitar una percepción negativa generalizada o una hipotética “desconexión masiva” (si algo es nocivo dejamos de usarlo).

En conclusión, vemos que tenemos a nuestro alcance numerosas herramientas que nos pueden ayudar a realizar un consumo responsable de las pantallas y disponer de la información para lidiar con ello con conocimiento y datos objetivos. Pero, sin duda, la fuerza de voluntad es la mejor solución para hacer de la tecnología y sus contenidos un buen uso y no un abuso.

Firma: Álex Estébanez