Un hecho histórico jugoso cae en manos de un acertado equipo de cineastas y un conocido y eficaz casting para ofrecer una de esas películas sobre prensa y política que no decepcionan porque miden muy bien el pie que calzan.
Prensa y política son dos elementos que no solo mueven la historia de los países sino que suelen ser fuente de suculentos relatos en su traslado a la gran pantalla. En el caso del presidente Richard Nixon, son unas cuantas las producciones que han hecho alusión a diversos aspectos de su mandato, dominado por el caso Watergate.
En Los archivos del Pentágono, título en español muy revelador, encontramos una temática distinta que habla sobre unos documentos que no solo marcaron al presidente del momento sino a los anteriores en relación a la dramática guerra de Vietnam: Harry S. Truman, Dwight D. Eisenhower, John F. Kennedy y Lyndon B. Johnson.
De todo lo que podría dar de sí ese acontecimiento, el film se centra en el trayecto de consecuencias periodísticas y políticas que ese descubrimiento provocó. Para ello, The Post pone el foco en una doble trama de crecimiento y superación. Por un lado, la situación del liderazgo femenino en esos años, a partir de una titubeante y cuestionada editora; algo que no ha dejado de preocuparnos y ocuparnos hoy en día. Y, por otro, otra de riesgo profesional, a partir del director y plantilla de la cabecera.
El guión –que no abandona el tono idealista americano sin dejar de rascar en debates sustanciales– está en manos de una casi debutante Liz Hannah y un forjado Josh Singer. Singer no solo ha escrito capítulos de El ala oeste de la Casa Blanca, Lie to me o Fringe, sino que está detrás de los libretos de El quinto poder
y otra historia con la prensa también como protagonista de la esfera pública social: Spotlight.
Por su parte, Steven Spielberg aborda la dirección con su claridad, precisión y ritmo habituales. A pesar de que los primeros compases preconizan un argumento más complicado y desde varios frentes, en breve el desarrollo se simplifica y no expulsa al espectador que no quiera complicarse la vida. De hecho, algunas de las ideas se expresan de modo tan directo que corren el riesgo de sonar ridículas o demasiado evidentes. Sin embargo, la sangre no llega al río y las escenas donde, por ejemplo, se pone de manifiesto que la amistad entre periodistas y políticos de alto nivel no es fácil y debe cuestionarse, se deslizan con naturalidad.
Spielberg imprime a la dirección un acento algo nostálgico de ese cine sobre periodistas y conspiraciones alrededor de la Casa Blanca y el Capitolio y que tanta huella dejó en los 70. En su clasicismo, el conocido cineasta adopta angulaciones, con picados y contrapicados e incluso algún zoom que encajan perfecto en la iluminación heredera de los tonos que la química y los procesos fotográficos permitían en esa década.
No obstante, Los archivos del Pentágono combina muy bien el deseo de ser fiel a lo que fue determinante en esa época (como las batallas ganadas en la libertad de prensa…) con una narración y perspectiva que empatice con la audiencia de la presente (de ahí el protagonismo del rol femenino en esos escenarios).
Firma: Lourdes Domingo
En junio de 1971, el New York Times, el Washington Post y los principales periódicos de EE.UU. tomaron una valiente posición en favor de la libertad de expresión, informando sobre los documentos del Pentágono y el encubrimiento masivo de secretos por parte del gobierno que duró cuatro décadas y cuatro presidencias estadounidenses.
En ese momento, Katharine Graham (Meryl Streep), del Post, seguía buscando su lugar como la primera mujer editora del periódico, y Ben Bradlee (Tom Hanks), el volátil director, intentaba relanzar un periódico en decadencia. Juntos, formaron un equipo improbable, ya que se vieron obligados a unirse y tomar la audaz decisión de apoyar al New York Times y luchar contra el intento sin precedentes de la Administración Nixon de restringir la primera enmienda.
