Frágiles se estrenó el verano de 2011 con pocas pretensiones. Ya se sabe que la época estival les sirve a las cadenas para probar suerte con nuevos productos. Es el caso de Lo sabe, no lo sabe, el concurso de Cuatro que, debido a los buenos resultados de audiencia, se ha mantenido en la parrilla durante todo el curso.
Por el contrario, Telecinco con Frágiles, aunque resulta un poco extraño por sus buenos datos de share, ha esperado hasta el verano de 2013 para lanzar la segunda temporada. Sin duda, habría sido más provechoso al espectador poder disfrutar de esta serie durante el curso en vez de tanto reality.
Con ello no se pretende dar a la serie más relevancia de la que tiene. Frágiles es un producto aceptable, que ha sabido desmarcarse de tanta comedia española para proponer un drama repleto de historias humanas.
El argumento es interesante y, a pesar de no traspasar la barrera de lo correcto y habitual, es capaz de mantenerse con dignidad sin precipitarse ostensiblemente hacia los cauces más sensibleros y las moralinas.
Esta ficción gira en torno a Santi Millán que, en su papel protagonista, sabe conquistar a pacientes y espectadores, éstos últimos más acostumbrados a su faceta cómica. El hombre atormentado por la culpa del engaño y la infidelidad, que pretende ser consejero de otras almas perdidas, deberá afrontar su vida tal como él propone a sus pacientes. Este crecimiento interior le da al personaje la oportunidad de progresar y de enriquecerse con las experiencias ajenas.
Más bien optando por la filosofía de a pie que por la metafísica, la serie, a lo largo de sus capítulos, va tratando temas que, en algunos casos, encuentran solución en la medicina y en otros se trata de una simple actitud ante la vida. La dependencia, el miedo al cambio, la sobreprotección familiar o el abandono son algunas de las variadas tramas que se incluyen en Frágiles.
La serie utiliza la técnica del “guión abierto”, una herramienta que deja más libertad interpretativa a los actores ya que, en este caso, los guionista proponen sólo unas pautas y los actores pueden improvisar en los diálogos. A este intento de otorgar más naturalidad a las tramas, se suma un elenco de actores en el reparto general que, en su mayoría, se defiende correctamente. Pero, sin duda, lo mejor de algunos episodios son los personajes esporádicos con sus peculiares problemas.
En la trama general desentona el romance entre Lola (Ruth Núñez), una enferma de asperger, y Nacho (Karim El-Kerem) un estudiante. La disonancia es el resultado de una relación difícil de creer, desarrollada de forma superficial y con una interpretación muy mediocre de El-Kerem.
Como resultado, Frágiles distrae sin alardes en las noches veraniegas a un público que prescinda de analizarla en profundidad.
Firma: Mar Pons
Pablo es un fisioterapeuta un tanto peculiar. Cura con las manos a sus pacientes pero lo que realmente le preocupa son las heridas de alma. Con sus consejos, Pablo consigue que sus pacientes se liberen del dolor emocional que les atormenta y empiecen de cero.
La vida es un cúmulo de experiencias dolorosas que marcan a los pacientes y les impiden avanzar. Pablo quiere que sus pacientes superen sus miedos y, saber escuchar y pronunciar las palabras oportunas es la mejor terapia que puede ofrecerles.
