Una nueva producción australiana dirigida a adolescentes. Cinco horas de entretenimiento submarino que contentará a espectadores poco exigentes.
La versión femenina de Stranger Things ya ha llegado a Netflix. En ella, Maddie, Stevie, Anna e Izzie recorren Cape Mercy pedaleando sus bicis con el deseo de descubrir el misterio que ha causado la desaparición de Lauren, la última integrante de su Club de buceo.
Aunque Hawkins y el famoso grupo de amigos nos viene continuamente a la cabeza, Club de Buceo no solo bebe de esta propuesta. En su ambiente costero, en la búsqueda de un tesoro perdido en el mar y en un vestuario atestado de bikinis y tops cortos, vemos la clara influencia de su propia Outer Banks.
Exceptuando a Miah Madden (Fuera de radar), el reparto está compuesto por actrices poco conocidas. Es quizás por su falta de experiencia que las actuaciones son un tanto exageradas y, aunque en su mayoría son tolerables, en los momentos más dramáticos adquieren un tono cargante.
Pero no es el exceso en las interpretaciones, las escenas a cámara lenta ni las transiciones aleatorias lo que desconcierta de esta serie, sino la ligereza con la que se trata el rapto –y posible muerte– de una isleña. Las chicas del Club de buceo no se toman con ninguna seriedad este asunto ni atraviesan un tiempo de duelo. Simplemente, alternados a las fiestas y salidas que siguen organizando, aparecen planos tristes que manifiestan cómo echan de menos a su amiga. Incluso –y a nadie le extraña– su novio tarda poco en enamorarse de nuevo.
Sin embargo, también hay aspectos que sorprenden gratamente. El guion incorpora un matiz histórico que lo convierte en una historia ingeniosa y emocionante –en menor o mayor grado según la edad del espectador–. Asimismo, asombra que, en un mundo juvenil en el que internet tiene tanto peso, los móviles y ordenadores se usan pero no acaparan la atención de las protagonistas.
Para acabar, si nos fijamos en los contenidos, se lanza una pequeña crítica a las relaciones “socialmente aceptadas” en defensa del amor libre, un detalle que se hace patente en los episodios finales.
Si este producto esperaba encandilar a las adolescentes creciditas, no lo va a conseguir. Aunque es bastante probable que, por su enfoque enigmático y aventurero, se haga un hueco entre las series más vistas por quienes se encuentran en la etapa final de Educación Primaria.
Firma: Júlia Nafría
Lauren, Maddie, Stevie y Anna viven en Cape Mercy, un pueblo costero. Juntas, fundan el Club de buceo y salen a navegar siempre que pueden.
Una tarde, en medio de una tormenta, Lauren desaparece. Aunque la policía pronto la da por muerta, las tres amigas e Izzie –recién llegada al pueblo– siguen buscándola empeñadas en resolver el misterio que envuelve su secuestro.