Winx Club

Esta producción italiana que cuenta, hoy por hoy, con cuatro temporadas, una web oficial en español, una película en 3D, una revista, juegos para consolas y mucho merchandising, se adentra en el universo de la magia, que tanto cautiva a los jóvenes, para un relato con poco contenido. Aunque el planteamiento narrativo es adecuado, las tramas se vuelven confusas e incoherentes a medida que se desarrolla la serie. Se estiran y complican las historias como si se tratara de un culebrón y los capítulos introducen giros poco convincentes.

Además, teniendo en cuenta que los más jóvenes se dejan cautivar más por las imágenes que por los contenidos, hay que destacar el sexismo plasmado en cada uno de los fotogramas de esta serie. Las protagonistas son seis chicas físicamente estereotipadas que lucen sus piernas, su ombligo, su cintura de avispa y sus largas cabelleras bajo un ridículo disfraz bañado en purpurina.

Estas hadas infantiles (por su carácter más que por su aspecto), que se enfrentan a los malvados brujos de la Dimensión Mágica, cuentan con su “alter ego” masculino que siempre está a punto para defenderlas en los momentos más delicados.

Winx Club es, en definitiva, un desfile de chicas perfectas que llama la atención por su abrumadora “cursilería”, su abundante sentimentalismo y su inexistente atención a la inteligencia del espectador.

Firma: Mar Pons