Boardwalk Empire

Terence Winter (Los Soprano) firma como creador y guionista de esta ficción de la que Martin Scorsese dirige el primer capítulo. Juntos, también preparan para 2013 The wolf of Wall Street, película protagonizada por Leonardo DiCaprio y Matthew McConaughey, entre otros.

Además de Winter y Scorsese, la serie lleva el inconfundible sello de la HBO. Home Box Office es uno de las cadenas de pago americanas más populares y se caracteriza por ofrecer cine y series de producción propia. Entre las ficciones seriadas de este canal se encuentran las más caras de la historia de la televisión. Hermanos de sangre, The paciffic o la última temporada de Los Soprano, todas ellas de HBO, son las únicas que superan en presupuesto a esta nueva apuesta ambientada en los años 20, con un coste aproximado por episodio de 6 millones de dólares.

Sin duda, este gran presupuesto ofrece grandes posibilidades y, a pesar de que la inversión no es garantía de calidad, en este caso se aprecia la exquisita ambientación, la cuidada puesta en escena y la atractiva factura visual. En este apartado nada hay que reprochar a esta producción que reproduce con dignidad una bella época rica en detalles y muy diferente en costumbres y hábitos. Es igualmente fiel, a la hora de recrear las diferencias sociales, los inicios de la emancipación femenina, las luchas raciales y, en general, una sociedad recién salida de una guerra mundial y encaminada a una gran crisis económica.

Los personajes, con abundantes matices, conforman un elenco que, aunque al principio son difíciles de situar, van encajando en una historia compleja donde las debilidades humanas se asientan con firmeza. El poder y el dinero son los ejes de una trama que se desarrolla entre la violencia, la venganza y la ambición. Basada en el libro de Nelson Johnson, Boardwalk Empire también posee una narrativa interesante, un guión sin altibajos y convincente y una evolución que transcurre con coherencia.

Con todo, esta serie que tan buena crítica ha recibido, no es un producto para todos los públicos, ni siquiera para un público adulto que busque entretenimiento sin más. Se trata de una ficción para unos pocos, que disfruten con el género, y a quienes no moleste una buena dosis de violencia, una ausencia absoluta de delicadeza hacia el sexo femenino, su exhibición desaforada y unas frecuentes, inesperadas e innecesarias escenas de sexo explícito.

Firma: Mar Pons