Un amor de verano que pretende ser eterno en un cuento que no es, ni mucho menos, perfecto.
Un amor de verano que pretende ser eterno en un cuento que no es, ni mucho menos, perfecto.
Una triste manipulación de la discapacidad intelectual. Fácil es el ejemplo de una sociedad que quiere que todos seamos iguales y hagamos las mismas cosas.
Cesc Gay presenta cinco cómicas historias que consiguen mantener con elegancia un humor complejo fuente de situaciones cotidianas de la “burguesía” barcelonesa, a cargo de un elenco de lo más completo.
Jaime Rosales dirige un largometraje ciertamente convencional que flojea en su discurso. La exploración de los diferentes tipos de masculinidad solo se salva gracias al correcto trabajo de todo su elenco.
“La ley del mar dice que hay que proteger la vida”. Mediterráno es correcta a nivel técnico y, a nivel social, muy necesaria. Transmite la angustia de esta gran crisis humanitaria que inunda el mar Mediterráneo.
Interesante y bien documentada recreación de primer asesinato de ETA que cuenta con una reparto excelente de actores.
Irregular film sobre el drama de los inmigrantes que tratan de llegar a Europa y que, en su viaje, se cruzan con otras historias de los que están al otro lado del cristal.
Estoy vivo se presenta como un título a tener en cuenta, que se puede ver con la tranquilidad de la ausencia de cortes publicitarios. Parece adecuada para una audiencia amplia y no se excede en contenidos violentos o de corte adulto.
Una excelente ópera prima de Celia Rico. Su pulso en la cámara y dirección de actrices brillan y destacan de manera sorprendente en este vibrante homenaje a la relación madre-hija.
El film está llamado a ser un bombazo musical para jóvenes, en el que dentro de un aire inocente y gamberro se cae en varios tópicos: la caricatura de la religión y de las monjas, y el amor confundido con el arrebato adolescente.