La ópera prima de Charlotte Regan es una historia alrededor de una relación paterno-filial que desprende ternura e inocencia. A pesar de que es irregular y predecible, llega a conmover y deja al espectador con una sonrisa.
La fotografía y algún giro de guion es lo más destacable de esta confusa película sobre timadores. La trama se descuida para remarcar la importancia de la relación paterno-filial sobre el resto de elementos.
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