The Bling Ring

Cuando se vive al máximo el materialismo y el hedonismo – con acceso a drogas, sexo y dinero- pocas cosas tangibles consiguen ya emocionar y llenar el vacío interior. Cada vez se necesitan experiencias más fuertes, hasta el punto de traspasar la línea de lo prohibido, penado por ley, como colarse en la casa de las celebridades –a menudo los mayores exponentes de la frivolidad- y apropiarse de sus bienes, más por fetichismo que por necesidad.

Además de tener unos padres ausentes, esta podría ser la razón por la que estos niños ricos de Los Ángeles sientan tal fascinación por el lujo y los famosos, dos consecuencias del capitalismo más voraz. Otra pregunta que puede surgir al ver la película es si la propia directora, Sofia Coppola, muestra complicidad con tal admiración o existe una crítica, que sólo deja ver, claramente, en momentos concretos.

Sí está claro que a la hija de Francis Ford Coppola le gusta explorar -a través de su filmografía- el materialismo más exacerbado como como refugio al dolor o al vacío como ocurría a Maria Antonieta o en Somewhere. Sin embargo, este último título protagonizado por Stephen Dorff y Elle Fanning contenía mayor humanidad, dosis de redención para el protagonista, gracias a la relación padre e hija.

En The Bling Ring, sus personajes llevan una vida tan superficial que en algunos momentos parecen una caricatura, incluso un gag, a excepción del chico protagonista, que valora la amistad y en el fondo sabe que sus actos no están bien. El resto de personajes sólo piensan en pasarlo bien, poco más les importa, ni se plantean que está bien o mal.

Estos niños pijos existieron en la vida real. Esto es lo más increíble. The Bling Ring se inspira en un artículo de Vanity Fair. Aquí otra cuestión interesante a analizar: ¿Qué méritos tienen las las personas que la sociedad actual admira? ¿Unas poses y unos vestidos bonitos? ¿Robas a una celebritie y ya eres una de ellas? Como dato curioso, el protagonista asegura que después de salir en los medios por sus hazañas delictivas, 800 personas solicitaron su amistad en Facebook.

Y las redes sociales están muy presentes en The Bling Ring. Un escaparate perfecto para ejercer la vanidad, mostrar la mejor apariencia y alardear de belleza, fiesta o de los carísimos bolsos de Paris Hilton. Pero esta exposición de la intimidad pasa factura a los protagonistas.

Una interesante película para comentarla y analizarla, pero siempre que se tenga un espíritu crítico. Aquellas personas sumergidas en el hedonismo y la superficialidad constante pueden tomársela al pie de la letra y pensar que ahora no hay nada más cool como entrar en casa de la última cara bonita de Hollywood.

Firma: Montserrat Bros