Taxi Teherán

Jafar Panahi dirige y protagoniza este falso documental, que se ha alzado con el Oso de Oro al Mejor Largometraje en la Berlinale y también ha participado en el Festival de San Sebastián.

El cineasta iraní vuelve a arriesgar con un retrato vivo de la sociedad de su país. En 2010 fue detenido cuando rodaba clandestinamente una película y encarcelado por ir en contra del régimen. Después de estar en huelga de hambre durante 88 días y gracias a las protestas internacionales consiguió salir. Tiene prohibido salir de Irán y por supuesto hacer cine.

En 82 minutos Panahi conduce (además del vehículo por la caótica Teherán) todo lo que va ocurriendo dentro de ese espacio, a medida que los diferentes personajes van subiendo al taxi, a veces compartiéndolo.

Allí se ponen sobre la mesa temas como la ley de la sharia, la educación de los niños, la piratería o la censura, pasando por alguna escena trágica y otras muy divertidas, como la de las señoras con la pecera (llena de agua y peces con el coche en marcha).

Los anónimos personajes y las situaciones tan naturales que recrean son geniales, ellos, cercanos y muy humanos. Los diálogos son inteligentes, el ritmo no decae nunca, si se tiene en cuenta el limitado movimiento de la cámara y el plano fijo constante.

Taxi Teherán transmite realismo y optimismo a la vez. No se pueden perder la preciada visión de Panahi del Irán actual (y si es en versión original, mejor que mejor).

Firma: Begoña Arribas