Con una gran campaña de publicidad y muchas restricciones sobre lo que puede revelarse y lo que no, ha llegado a la cartelera esta nueva película del infatigable y acrobático Tom Cruise.
Desde que en 2005 Joseph Kosinski escribiera un relato futurista de 12 páginas, el director de Tron: legacy siempre deseó convertilo en película. En 2010, gracias a las ilustraciones de Arvid Nelson, Oblivion se convirtió en un novela gráfica que tuvo bastante éxito en la edición de ese año del Comic-con. A partir de entonces, el camino se allanó y sólo faltó el interés de Tom Cruise para acabar de impulsar un proyecto.
A pesar de todo lo dicho, lo que sale de esta ficción encapsulada es una historia menor de ciencia-ficción, a pesar de unos faraónicos escenarios. Péplum sci-fi podría ser su marca. Perfectos los exteriores islandeses. Llamativas las recreaciones de la naturaleza salvaje. Nostálgica y al detalle la construcción de los residuos de la antigua civilización. Asépticas e impolutas las arquitecturas del 2077, aunque muy deudoras del 2001 de Kubrick.
Tras esos muros, perfilados por una resolución digital de 4.000 píxeles, se levanta un guión que no tiene prisa en recrear y sí en arrancar el conflicto. Karl Gajdusek (Bajo amenaza) perfila un primer acto dilatado, de manera que no concreta el conflicto central hasta bien entrado el metraje. Lo mismo sucede con la transición del segundo al tercer tramo del film. En esta estrategia, se intuye la intención de retener información y ofrecer, así, después una mayor sorpresa al espectador, mientras se tiene tiempo para configurar visualmente ese mundo distópico.
Además de esta cuestión, las tramas de Oblivion se ven afectadas por una preocupante y carente de originalidad vampirización de otros argumentos de la ciencia-ficción. Los recuerdos y ensoñaciones del astronauta del Solaris de Tarkovski; la tríada memoria, humanidad y divinidad de Blade runner; el absoluto y eterno retorno de Hall y compañía en la citada 2001: una odisea del espacio o la casi risible versión Mad Max de Morgan Freeman, revelan un tejido de cóctel y tono más ligero del que Kosinski alardea.
A la falta de densidad argumental (en lo narrativo y en lo temático), se le puede rebatir con la tesis del entretenimiento. Pues para los espectadores que sólo busquen eso, vestido con atuendos caros y ostentosos, Oblivion es una opción.
Firma: Lourdes Domingo
Extras DVD:
Año 2077. Jack Harper es un técnico especializado en la reparación de drones, unos robots-armas que vigilan la Tierra. El planeta fue evacuado después de vencer a los extraterrestres que lo habían invadido. En dos semanas, Harper y su compañera Vik acabarán su misión en la torre para poder viajar a Titán, la colonia en la que habitan los supervivientes del apocalipsis terrestre.