Maggie’s plan

Hay algunos ingredientes cinematográficos que cuando convergen en una misma producción nos revelan un nombre o una forma de hacer. En Maggie’s plan tenemos cuatro: Nueva York, un lío de tres, un mundillo de intelectuales desbarrando y, entre col y col, una música que nos es familiar. Correcto.

Woody Allen podría haber dado a luz este film, pero no. Resulta que Rebecca Miller infusiona la cinta con ese aroma y además le imprime su propia huella. El resultado es una comedia ligera, alejada de las brumas existenciales de Allen, que se centra en la capacidad de una mujer, supuestamente madura, para hacer y deshacer según le venga.

Es divertida y aunque el guión va aflojando a medida que avanza el relato, ese bajón es inversamente proporcional a las dimensiones que va tomando la actuación de Julianne Moore. Imperdible en un papel de absurdos tintes cómicos que se atreve a compartir con el incombustible Ethan Hawke. Dos armas infalibles para reventar cualquier taquilla.

Firma: Anna Puigarnau