Despedida de soltera

Ésta es la ópera prima de la guionista y directora Leslye Headland, después de haber dirigido y estrenado esta misma obra en teatro, con cierto éxito de público, en Los Angeles. Motivada por ello, se decidió a llevarla a la gran pantalla. Confiesa con toda sinceridad que tanto Almodóvar como Tarantino y Scorsese juntos le han servido de inspiración para muchos de los personajes de la película, a los que define como mujeres y hombres arquetipos de un sector de la sociedad norteamericana en el que, según ella, el consumo de droga y sexo van a la par. Por desgracia esto es, en gran manera y profusión, lo que pretende reflejar en el alocado comportamiento de las tres protagonistas de la cinta.

Headland no se limita a mostrar, según el argumento, las clásicas situaciones equívocas o divertidas que pueden generarse en el transcurso de esta desmedida Despedida de soltera que, de haberlas las hay. Pero en cambio, conversaciones sobre bulimia, sobredosis, promiscuidad, discriminación, frustración, aborto, drogadicción y sexo, son los temas que “adornan”, sin tregua ni descanso, los habituales diálogos de las tres atractivas amigas durante toda la duración del film, sin que falte, para más morbo, una explícita y gratuita secuencia de alto voltaje entre una de las parejas.

En síntesis, una desafortunada comedia que por muchas de sus situaciones y diálogos más bien debería estar catalogada como un drama, aunque al final, definitivamente, acabe en boda.

Nunca sabremos si los novios, con aquel complicado entorno, consiguieron ser felices. O no. Pero esto ya sería otra película.

Firma: Joaquín Guitart